2 de noviembre de 2016, 5:13 AM

La agresión que sufrió una niña de tres años la dejó con parálisis cerebral. Su padre solicitó una pensión a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) pero se la negaron.

Valentina a sus tres años disfrutaba de las travesuras propias de su edad, pero también sus tres años son el recuerdo de una agresión que la dejaría postrada en una silla de ruedas con parálisis cerebral.

El golpe que le propinó su padrastro, luego de lanzarla contra la pared, la dejó prácticamente inmóvil y con una enfermedad que poco a poco deteriora su salud.

Los doctores del hospital de Heredia, que fueron los primeros en atender a Valentina, la remitieron al hospital de Niños para que fuera valorada por médicos neurólogos. Ese diagnóstico no fue nada alentador.

Su padre, Ricardo Palacios, tuvo que renunciar al trabajo para poder cuidar a Valentina, que a mediados del año pasado sufrió su primera convulsión.

La esposa de Ricardo es la única que lleva un ingreso económico al hogar. Éste alcanza los 350,000 colones mensuales los cuales tienen que repartirse entre las obligaciones del hogar, el cuidado de una bebé de 8 meses y los tratamientos y terapias de Valentina.

Esta solicitud la hicieron a inicios del 2015. Sin embargo, en setiembre de este año, luego de una visita por parte de la trabajadora social de la Caja, recibieron una respuesta que no esperaban.

La pensión que Valentina recibe de su madre biológica es de 60,000 colones y alcanza para la compra de un único medicamento.

Ricardo interpuso una apelación ante la Caja donde señala que la ayuda que recibe del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) concluye en diciembre y la colaboración por parte de padrinos no es un recurso con el que cuentan todo el tiempo.

Perros de traba visitó la gerencia de pensiones de la Caja en San José, ahí nos atendió Julio César Cano, quien dijo no tener autorización para hablar frente a cámaras.

Con el expediente de Valentina en mano se comprometió a darle prioridad al caso y evaluar la apelación presentada por el padre de la niña.

Rocky estará pendiente de la resolución que tome la Caja para ayudarle a Valentina con una mejor calidad de vida.

Otro caso

A inicios de junio de este año, Perros de Traba le mostró cómo los vecinos de Los Ángeles de Puriscal lidiaban con un cráter a diario.

Cientos de personas arriesgaban su vida al pasar por ahí. Cualquiera corría el riego de caerse.

Para alegría nuestra y de los lugareños, los ladridos de Rocky dieron resultado y ahora pasar por la zona ya no es sinónimo de peligro.

El hueco ya no está y en este momento trabajan en la instalación de alcantarillas para que el agua circule sin problema.