Vecinos de Curridabat llaman a Bomberos por presunto ataque de abejas, pero en realidad querían que les bajaran una bola
La alarma quedó registrada como una falsa alarma y ahora se espera que la persona que realizó la llamada sea multada con una sanción equivalente al salario base de un oficinista del Poder Judicial.
Un grupo de jóvenes llamó ayer en la tarde al 911 para alertar sobre un presunto ataque de abejas en la urbanización José María Zeledón en Curridabat.
Una unidad de despacho rápido del Cuerpo de Bomberos llegó al sitio preparada para atender la supuesta emergencia, pero se llevó una desagradable sorpresa: los jóvenes mintieron con tal de que les bajaran una bola.
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La alarma quedó registrada como una falsa alarma y ahora se espera que la persona que realizó la llamada sea multada con una sanción equivalente al salario base de un oficinista 1 del Poder Judicial, que está en 424.200 colones.
La preocupación es mayor porque, según datos de la Benemérita, por día en estas fechas de época seca se atienden entre 25 y 40 emergencias de múltiple naturaleza, entre ellas quemas de charrales, incendios estructurales o ataques de abejas, entre otros.
Esta salida representó un costo estimado entre 500.000 y 600.000 colones, pero más allá de la erogación la principal preocupación de la entidad es que se pueda desatender o no atender con mayor diligencia una emergencia real por una falsa alarma.
"Son recursos de todos los costarricenses; nosotros estamos para proteger y salvaguardar al pueblo y nos incurren en gastos y hasta peligros, porque hay un riesgo para la unidad y sus ocupantes. Pero ante todo hay una preocupación porque el recurso puede estar desviado a una emergencia real", externó Wílliam Hernández del Cuerpo de Bomberos.
En una publicación de Teletica.com en octubre pasado, Héctor Chaves, director del Cuerpo de Bomberos, comentó que 180 salidas en falso representaron un costo cercano a los 90 millones de colones.
Y, aunque estas suelen representar un porcentaje mínimo con respecto al total de emergencias atendidas, la preocupación y el llamado a la conciencia están sobre el tapete.