Por Natalia Jiménez Segura |8 de diciembre de 2020, 11:35 AM

El país ha registrado una sismicidad importante en las últimas horas: se han sentido cinco temblores fuertes entre la noche de este lunes y la mañana de este martes.

Los primeros dos se ubicaron al sureste de Curú de Puntarenas, cerca de Paquera y del Golfo de Nicoya, mientras que los de esta mañana tuvieron epicentro en la Zona Sur del país, en Laurel de Corredores específicamente.

Floribeth Vega, sismóloga del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), explicó que ambos ocurrieron sobre la misma placa, pero en diferentes puntos.

Además, es posible que sea un movimiento fuerte y los demás corresponden a réplicas.

“Es bastante normal que se presenten. La zona Pacífica de Costa Rica es donde más se generan sismos, ¿por qué? Porque es una zona de subducción, donde la placa de Cocos se mete debajo de la placa Caribe, entonces ahí siempre van a haber sismos, siempre. A veces, como en este caso, se generan sismos más fuertes en zonas diferentes de la placa”, indicó la experta.

Durante las próximas horas, según comenta Vega, es posible que la sismicidad continúe en esa zona, pero cada vez con menor magnitud.

A pesar de esto, no descarta que se pudiera presentar otro sismo igual o más fuerte.

“Es bastante normal que empiecen a disminuir la magnitud y la cantidad de las réplicas en la Zona Sur, porque generalmente lo que sucede es que ocurre un sismo fuerte y en el transcurso de las horas van disminuyendo”, añadió.

Los movimientos

El primer temblor, ayer por la noche, fue sentido a las 9:33 p. m. con una magnitud de 4.7. A las 9:49 p. m. ocurrió otro con magnitud 3.7. 

Ambos fueron registrados al sureste de Curú de Puntarenas, cerca de Paquera, y con una profundidad de 23 kilómetros.

Esta mañana otros tres temblores pusieron en alerta a los vecinos de la Zona Sur. A las 8:20 a. m. se sintió el primero, con una magnitud de 4.9. Minutos después, a las 8:36 a. m. ocurrió otro de 3.7 y a las 8:53 a. m. el último de magnitud 4.7. 

Estos se ubicaron al noroeste de Laurel, con una profundidad de 30 kilómetros aproximadamente.