Por Rodolfo González |3 de noviembre de 2019, 10:27 AM

“¿Quién la tiene andando con ese chata?” Ese fue uno de los mensajes que se publicaron en redes sociales y que demuestra la visión de algunas personas que, de una u otra manera, culpan a Eva Morera de su muerte.

Ella era una joven de 19 años y estudiante universitaria de trabajo social. El viernes  fue asesinada por su exnovio y padre de su niño. El agresor ya se encuentre descontando un año prisión preventiva. Él tenía cinco meses de haber salido de la cárcel.

Horas después del crimen y conforme iban trascendiendo los detalles, no fueron pocos los que se preguntaban en redes cómo una mujer tan linda se relacionó con ese hombre.

Para estudiosos de la sociedad, este es una forma indirecta de echarle la culpa a la joven por la suerte que corrió.

Carlos Sandoval,  profesor y doctor en Estudios Culturales manifestó que “hay un mecanismo muy extendido de culpar a la víctima. En esa culpabilización hay dos cosas de fondo: la cultura patriarcal y el discurso de clase. La primera tiene que ver con el machismo y la segunda con idea falsa de que el agresor lo hizo por ser de una clase distinta a la de la víctima”

Sandoval dejó claro que los feminicidios no están asociados a ningún grupo social en particular. Víctimas y victimarios pueden tener cualquier condición y perfil.

El criminólogo Andrés Muñoz considera que este juzgamiento social se da porque muchas veces la gente no comprende la dinámica que existe en tipos relaciones.

“Un agresor nunca se presenta como agresor en los inicios de su relación. Él presenta una cara distinta y es hasta que la cosas van avanzadas que su verdadero rostro aparece paulatinamente”, manifestó el especialista.

Muñoz agregó que una vez que una persona está en un ciclo de violencia doméstica no es tan fácil salir.

“Hay muchos factores que lo dificultan: dependencia económica, dependencia emocional, amenazas y hasta la promesa del agresor de que va a cambiar, cosa que nunca ocurre” dijo el criminólogo.

Problema no es nuevo

Para Patricia Mora, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), esto no es nuevo. Es un problema que se ha venido arrastrando desde siempre pero que ahora se nota en mensajes más descarnados.

Según la funcionaria; “Si nos atacan en la calle es por que andamos afuera a altas horas de la noche, como si las calles fueran de los varones. Si nos tocan es porque nos ponemos la falda muy corta, como si el problema fuera la ropa”.

Ella aseguró que todavía hay que superar muchas barreras hasta en la institucionalidad, pues en ocasiones  los encargados de recibir las denuncias cuestionan a las víctimas.

“Muchas dicen que hubiese sido mejor llegar con un golpe pues así les harían más caso. Como sociedad deberíamos hacer un alto. Deberíamos poner las barbas en remojo. La explicación está en que hemos sido cosificadas y para un comercial no puede faltar el trasero de una mujer pero no el de un varón” dijo Mora.