Por Juan José Herrera |7 de agosto de 2022, 8:10 AM

Aunque se prevé una baja en la inflación para 2023 también se proyecta una caída en el crecimiento económico y un alza en el tipo de cambio. ¿Cómo se explica ese panorama?

En el caso de la inflación, lo que se está previendo es que haya una cierta moderación de los precios de las materias primas, pero esto no quiere decir que los precios de las materias primas van a bajar por debajo de lo que estaban antes de la pandemia, pero ciertamente se van a moderar en relación con lo que tuvieron en la segunda mitad del 2021 y la primera mitad del 2022 que fueron muy altos. 

Esa moderación va a ayudar a contener la inflación y, ciertamente, también la desaceleración económica que estamos viviendo va a ayudar a contraer la inflación, porque eso va a implicar un menor dinamismo de la demanda agregada y en conjunto estos factores llevarían a una moderación en la inflación.

A la vez, las mayores tasas de interés que en respuesta a mayores tasas de inflación están dando los bancos centrales van a llevar a una cierta desaceleración del crecimiento económico, entonces también esperaríamos un panorama con una inflación que se modera hacia el 2023 pero también un crecimiento económico que se ralentiza hacia el 2023 a nivel mundial.

En ese contexto, posiblemente para la economía costarricense, los precios de las materias primas mantengan, aunque en niveles más moderados que en la segunda mitad del 2021 y primera mitad del 2022, niveles suficientemente altos como para poner todavía cierta presión al tipo de cambio y además, a la par de eso, hay que considerar que las tasas de interés internacionales han subido fuertemente, eso puede poner cierta presión a la salida de capitales pero, por otra parte, y aquí es donde el tema cambiario es muy difícil predecir que puede ocurrir, los créditos externos podrían también contribuir a mitigar presiones sobre el tipo de cambio, incluso empujar el tipo de cambio en la otra dirección, de manera que las proyecciones sobre el tipo de cambio son particularmente sujetas a incertidumbre.

Usted presentaba proyecciones de 749 colones por dólar, eso es particularmente alto.

Esas son las proyecciones CEFSA (Consejeros Económicos y Financieros S. A.), no las mías. CEFSA lo que ha mantenido es que ellos esperan una depreciación moderada del tipo cambio en lo que queda de 2022 y 2023, pero serían más bajos los números a los que ellos tienen esas cifras que eran anteriores, eran proyecciones que habían producido a inicios del mes de julio.

¿Y las suyas?

Bueno, yo pensaría que el tipo cambio en este momento está alcanzando una situación de moderación, creo que los mercados ya no tienen la dinámica fuerte de depreciación que tenían. Es posible que, con la calma reciente en el mercado, se mantenga relativamente estable. Puede ser que haya un movimiento moderado hacia la depreciación, pero en este momento,  es difícil de prever. Yo no creería que va a cambiar demasiado el tipo de cambio en relación con lo que tenemos hoy en día.

Estados Unidos habla de una posible recesión, el Reino Unido lo mismo y así otras potencias. ¿Cómo es que Costa Rica, que en buen grado depende de esas economías, la descarta?

Porque lo que estamos hablando es que en el caso de Costa Rica, el crecimiento económico que se tuvo en la primera mitad de este año 2022 fue muy fuerte, fue relativamente robusto. Para el primer semestre del año, un crecimiento de 6,6% en términos interanuales (año contra año), es una tasa de crecimiento bastante robusta y eso ya es historia. Eso quiere decir que llevamos un buen impulso de crecimiento en la primera mitad del año, y aunque si estamos operando una desaceleración significativa del crecimiento económico en la segunda mitad del año, para el año 2022, como un todo, el crecimiento económico se mantendría relativamente fuerte. Eso no impide que con esa desaceleración que se está esperando en los próximos trimestres, en algún trimestre podamos tener un crecimiento negativo, pero, ciertamente, para el año 2022 e incluso para el año 2023, como un todo, estaríamos viendo crecimientos, tasas de crecimiento positivas.

¿Por qué ya el COVID-19 no se ve como una amenaza para el crecimiento económico cuando la incertidumbre de nuevas olas sigue ahí?

Eso es así en el caso de la mayor parte de las economías mundiales, excepto para China, porque ante la constatación de que las tasas de letalidad, esto es el número de personas que mueren como porcentaje del número de personas que se contagian del COVID ha ido cayendo, ante la constatación de esa menor letalidad las autoridades sanitarias, en los diferentes países, han estado menos dispuestos a introducir medidas de restricción sanitaria, que son las, que a la postre, reducen el ritmo crecimiento económico.

Entonces hemos visto menor disposición de las autoridades a reintroducir medidas de restricción ante brotes del COVID y consecuentemente, ante brotes futuros, es probable esperar que el impacto que eso tenga sobre la actividad económica sea cada vez menor. De nuevo, decía con la excepción de China y otras economías del este asiático, donde las autoridades sí siguen respondiendo muy drásticamente ante brotes de COVID. En el caso de China tienen una política que las autoridades han denominado “Cero COVID", eso quiere decir confinamientos totales en las áreas donde se dan los brotes y esto sí tiene un impacto económico muy severo.

De hecho, la economía china se está desacelerando fuertemente en este año 2022 como consecuencia de los confinamientos que han reimpuesto ante nuevos brotes de contagio, sobre todo en el caso de la ciudad de Shanghái, que estuvo básicamente bajo confinamiento por dos meses completos.

Usted mencionaba en su presentación un crecimiento importante del consumo público (8,2%) para el segundo trimestre de este año. ¿Es posible un aumento así bajo la regla fiscal?

Bueno, lo que se mostraba son las cifras del Banco Central para el PIB en materia de consumo del Gobierno. Esas cifras y muestran un crecimiento bastante importante y habría que ver, porque la regla fiscal en principio se aplica a nivel interanual, o sea, para el año como un todo, habría que ver si eso es algo que se mantiene, pero  me parece que es algo que tienen que mirar con atención las autoridades de Hacienda, porque sí es importante que se modere el crecimiento del gasto del Gobierno. El consumo del Gobierno, según se mide en cifras de cuentas nacionales, es algo muy específico y no es todo el gasto del Gobierno, pero es importante que se le ponga atención al gasto fiscal para poder mantenerlo dentro del techo de la regla.

¿Se podría pensar que se está gastando mucho y muy rápido ese margen?

No, realmente no podemos hacer un mapeo directo de lo que se mide en cuentas nacionales con las cifras fiscales, pero ciertamente es, al menos, una señal de alerta de que hay que mantener la atención sobre el crecimiento del gasto para que se mantenga dentro del techo de la regla fiscal.

¿Por qué cree usted que los diputados se oponen siempre a la emisión de eurobonos pese a que ustedes, los economistas, la defienden como un simple recambio de deuda?  

Me parece que hay una cierta desconfianza en lo que los gobiernos pueden hacer con esos recursos y esa desconfianza, básicamente, se materializa, o manifiesta, en una renuencia a dar una aprobación de emisiones muy grandes. Ha habido una cierta preferencia de la Asamblea Legislativa por hacer aprobaciones en tractos, es decir, primero les apruebo un tracto, luego si necesitan más que vengan a pedir otra aprobación legislativa para otro tracto, esto no es ideal para los mercados internacionales. 

En los mercados internacionales se prefieren emisiones autorizadas de una vez más grandes; es decir, no hace falta salir al mercado a captar montos más grandes, pero sí es importante para los mercados internacionales que esté autorizado desde el inicio una mayor cantidad de tractos hacia adelante, porque eso le da cierta tranquilidad a los mercados internacionales de que los títulos que están comprando, los bonos que están comprando, van a tener un mercado mucho más profundo, en el sentido que puedan comprar y vender más rápidamente.

Esa mayor liquidez, esa mayor profundidad de los mercados, se reflejan en menor prima por riesgo; es decir, menor tasa de interés que cobran los agentes económicos sobre los bonos del gobierno costarricense. Entonces que se dé una aprobación en un solo trato es menos beneficioso desde el punto de vista financiero a que se dé la aprobación de varios tractos hacia adelante.

Usted fue representante de Costa Rica ante el Fondo Monetario Internacional y conoce bien las metas propuestas para cumplir con el acuerdo de financiamiento firmado. Bajo el contexto actual, ¿cree que se cumplirán esas promesas de estabilidad fiscal?

Es ciertamente lo que uno esperaría es que las autoridades de Hacienda mantengan ese compromiso firme con la con la consolidación fiscal que está implícito en las metas con el Fondo Monetario Internacional. La trayectoria que se traía, hasta que se suspendió la información fiscal como consecuencia del hackeo, iba en la dirección correcta, es decir, se estaban alcanzando las metas con algún nivel de margen y era posible que se excediera incluso las metas fiscales en el año 2022 con la información que ya se tenía; pero de nuevo, desafortunadamente hemos caído en un vacío de información en los últimos meses como consecuencia de ese hackeo y aunque uno esperaría que se haya mantenido esa tendencia a la consolidación fiscal, desafortunadamente en este momento no podemos afirmarlo.

¿Sin esa información fiscal es posible cumplir con la revisión del FMI o salir a buscar créditos?

Es absolutamente imprescindible que el Ministerio de Hacienda logre restituir los flujos de información antes de que llegue esa misión que sería en octubre. Es un factor que va a pesar si el país sale al mercado sin esa información, porque, de otra manera, ni las calificadoras se van a sentir cómodas ni los inversionistas adquiriendo bonos de un país en el que la información no está fluyendo.

El Gobierno ya confirmó que está negociando un nuevo crédito con el FMI que incluso podría ser mayor al acuerdo actual, pero sin poner como condición nuevos impuestos. ¿Cómo valora ese acuerdo usted?

Es muy positivo para la economía costarricense. Estamos hablando de un instrumento distinto, no es una ampliación o un nuevo acuerdo dentro del marco de la facilidad que se tenía, sino un instrumento totalmente distinto, un instrumento nuevo, donde Costa Rica sería más bien uno de los primeros países que opta por adquirir un financiamiento de este tipo y que obtendría, en principio y ojalá así sea, el visto bueno por parte del Directorio del Fondo Monetario Internacional para adquirir ese financiamiento. Y es muy positivo porque es un financiamiento que viene con condiciones muy favorables para el país en términos de tasa y en términos de plazo. Son básicamente condiciones financieras concesionales o casi concesionales, en términos sobre todo el plazo, y esto para un contexto donde las condiciones financieras internacionales y domésticas se han vuelto mucho menos favorables es ciertamente muy positivo. 

Entonces, por el lado del financiamiento de Gobierno muy positivo, y también muy importante la condicionalidad que vaya implícita en este instrumento, que normalmente está enfocado en medidas estructurales; es decir, de largo plazo, orientadas hacia, por ejemplo, la descarbonización, la mitigación y adaptación hacia el cambio climático y otras medidas para reducir brechas importantes en la economía costarricense y, en general, en los países que tomen estos créditos, como por ejemplo las brechas de desigualdad, brechas de género, brechas de participación, brechas de conectividad, lo que hemos visto en términos de educación… Todo esto se podría haber potenciado con un financiamiento estructural del Fondo Monetario Internacional bajo este nuevo instrumento, de manera que yo creo que es una oportunidad que el país hace bien en aprovechar.

¿Y es posible ese acuerdo sin prometer nuevos ingresos?

Me parece que el que se mantenga en vigencia el acuerdo del de la facilidad ampliada con el Fondo sería absolutamente necesario, es decir una condición fundamental, imprescindible para que se otorgue otro crédito y se mantenga vigente el actual; es decir, uno está, de alguna forma, ligado a lo otro, condicionado en la vigencia del otro. Entonces es muy importante que se cumpla con las metas que ya se habían establecido en el SAF, si dentro de las metas del SAF, el Fondo Monetario incorpora o no nuevas medidas tributarias, es algo que todavía queda por verse, ciertamente, incluso sin nuevas medidas ya se podían cumplir con las metas antes de que se rompiera el flujo de información financiera para el 2022 e incluso el 2023.

Ahora, puede ser que el Fondo Monetario, en conjunto con las autoridades costarricenses, sean más ambiciosos y planteen metas que requieran ya no solo la consolidación del gasto, sino también nuevos ingresos tributarios, pero eso es una discusión que tendría que tener el Fondo Monetario con las autoridades.