Por Paulo Villalobos |3 de enero de 2024, 16:30 PM

El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) sugiere que una empresa realice inspecciones periódicas de las armas que circulan en Costa Rica, tal cual lo hace Dekra con los vehículos.

La propuesta trascendió la mañana del martes durante una conferencia de prensa dada por el director general de la Policía Judicial, Rándall Zúñiga, en la que dio a conocer el récord de 907 homicidios registrado en 2023.

"Hace poquito tuve la posibilidad de hablar con una bancada y les pedí la posibilidad de que diéramos una trazabilidad a las armas", contó el jefe del Organismo de Investigación sin revelar la fracción legislativa con la que entabló la conversación.

"¿Qué significa esto? Que arma que se venda en el país, o arma que se registre en el país, se pueda generar un tipo de licitación como es Dekra o como fue Riteve en su momento, y que haya una inspección de esas armas, que las puedan disparar y nosotros podamos obtener esas trazas de esas balas y esos cañones y del percutor para poder compararlos con nuestras bases de datos", agregó.

Zúñiga reconoció que en el territorio nacional existen "muchas armas" que son ingresadas de manera ilegal y que son manejadas desde la clandestinidad.

No obstante, destacó que este tipo seguimientos pueden ser útiles para hacer comparaciones en el marco de distintas pesquisas.

"Si bien es cierto hay muchas armas que se utilizan a nivel ilegal dentro del mercado costarricense, hay muchas que son armas legales que se utilizan de forma ilegal dentro de estos asesinatos. No solo en los asesinatos, sino en las agresiones con arma de fuego, en los intentos de homicidios.

Es necesario dar ese paso hacia adelante y poder hacer esa inspección anual o bianual de todas las armas de fuego para poder generar esas estrías que se generan cuando se percuta el arma y poder nosotros compararlo con nuestra base de datos de las armas que tenemos en la actualidad", enfatizó el director general.

El 80,3% de los asesinatos ocurridos el año pasado fueron perpetrados con armas de fuego.

Tan solo un 10,2% fueron cometidos con armas blancas, mientras que el restante 9,3% fueron perpetrados con otros objetos.

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