Por Juan José Herrera |25 de marzo de 2024, 10:04 AM

Desde hace muchos años, existe en Costa Rica la creencia popular de que en Semana Santa ocurren más temblores que en el resto del año.

Esto apunta, según el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA), al sismo ocurrido el 2 de abril de 1983 (Sábado Santo) que originó el recordado terremoto de Golfito, de magnitud 7,3.

Esteban Chaves, sismólogo del Ovsicori, precisó que esa creencia no empata con los registros sismológicos de los últimos 10 años, como tampoco lo hacen factores asociados con el calor, las lluvias u otros temas climatológicos.

“Los sismos son procesos que ocurren al azar, cuya generación depende de las propiedades físicas del medio (geología), así como también de las condiciones de esfuerzos locales y las propiedades mecánicas de la falla”, aclaró el Observatorio.

Para demostrarlo, se evaluaron los registros sismológicos de la pasada década (2010-2019). Ese análisis permitió, entre otros, demostrar que la actividad sísmica ocurrió al azar.

Por ejemplo, la Semana Santa de 2010 fue sísmicamente más productiva que la de 2011, 2012, 2013, 2014 y 2016, pero inferior a la de los años 2015, 2017 y 2019.

Otro dato adicional es que en toda esa década solo cinco temblores ocurridos durante la Semana Santa registraron una magnitud superior a los 4,8: uno en 2010, dos en 2014 y otros dos en 2015.

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