Por Teletica.com Redacción |20 de marzo de 2016, 8:02 AM

La generación eléctrica realizada en Costa Rica se ha basado en la utilización de energías renovables principalmente. Desde la generación hidroeléctrica hasta la eólica así como la geotérmica, nuestro país se ha abocado a producir de manera que el uso de recursos fósiles sea cada vez menor.

Según datos del Centro Nacional de Control de Energía (CENCE) del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), al 1 de julio del 2015, el sistema eléctrico nacional registró que  un 98,55% de la electricidad generada por parte del ICE y otros participantes públicos y privados, proviene de fuentes renovables: agua, calor de la tierra, viento, biomasa y sol.

Solamente, 1,45% de la matriz eléctrica en estos meses corresponde a recursos fósiles. Durante el 2014, este porcentaje fue de 10,34% y el ICE proyectó una reducción para finales del 2015, lo que representaría un ahorro de ₡94.000 millones.

Pero ¿qué pasaría si se produjera en el país energía nuclear? Para muchos remembrar este concepto va paralelo a grandes catástrofes mundiales como la Chernóbil en Ucrania, la de Fukushima, Japón o hasta las bombas arrojadas en Hiroshima y Nagasaki.

La energía nuclear, también denominada energía atómica, es precisamente aquella energía que se libera espontánea o artificialmente a partir de las reacciones nucleares.  Este es un proceso que combina y transforma las partículas sub-atómicas y núcleos atómicos.

Sin embargo, este término engloba otro significado, el aprovechamiento de dicha energía para otros fines, tales como la obtención de energía eléctrica, energía térmica y energía mecánica.

Precisamente para producir energía eléctrica a partir de la nuclear es necesario comprender que en primera instancia es requerido contar con combustible nuclear. Este tiene como elemento principal el uranio, un elemento que se encuentra en yacimientos naturales.  Sin embargo, para que funcione como combustible, debe ser enriquecido mediante un proceso de separación de impurezas por medios químicos. Esto logra que tenga características nuevas en su estructura molecular.

Una vez enriquecida, las barras tienen la capacidad de crear la fisión, la cual precisamente divide el núcleo de un átomo. Esto genera usualmente una gran cantidad de calor que calienta el agua y crea así vapor para girar las turbinas del alternador encargado de producir la energía.

Esta producción tiene el inconveniente de producir residuos con una carga radioactiva muy alta, por lo que el impacto para el ambiente y el ser humano son dañinos si no son tratados correctamente.  Esto ha ocasionado que en nuestro país no se vea como una alternativa para la generación eléctrica, pues los depósitos de este material son muy escasos y existe además una prohibición para importar este con fines armamentistas, bélicos y militares ya que puede poner en riesgo la vida humana y afecte el ambiente.

Para Iván Vargas, coordinador del Laboratorio de Plasmas del TEC, desarrollar este tipo de energía en Costa Rica no es una necesidad ya que nuestro país cuenta con capacidades que le permite desarrollar la energía con otras alternativas. “Existen nuevas  tecnologías que permiten hacer nuevas cosas, especialmente en el campo de la energía de fusión” destacó Vargas.

Cabe mencionar que la capacidad de generación de las fuentes alternativas como la hidroeléctrica, geotérmica o eólica no tiene tanta capacidad como la nuclear, a pesar de las desventajas que parece tener.

¿Usamos energía nuclear en Costa Rica?

A diferencia de lo que muchas personas piensan, el uso de la energía nuclear se da en nuestro país más comúnmente de lo que pensamos. Si bien no generamos energía eléctrica a partir de procedimientos nucleares, este tipo de recurso se utiliza en otros ámbitos. El área médica es precisamente una de las que más la usa.

La medicina nuclear en Costa Rica se ha utilizado desde la década de 1960, período en el cual se desarrollaron las primeras aplicaciones y procedimientos. Actualmente, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha desarrollado y tiene en operación los servicios de medicina nuclear en los hospitales México, San Juan de Dios y Calderón Guardia.

Esta es una rama de la medicina que emplea los isótopos radioactivos, las radiaciones nucleares, las variaciones electromagnéticas de los componentes del núcleo y técnicas biofísicas para la prevención, diagnóstico, terapias e investigación médica.

Mario Conejo, ingeniero de la Escuela de Ciencia e Ingeniería en Materiales del TEC, detalló cómo las aplicaciones son cada día más precisas gracias a los avances que se han logrado en el área nuclear. “En la medicina ya la gente lo ha adoptado como algo cada vez más normal” agregó.

El ingeniero explicó cómo las células cancerígenas son más sensibles a la radiación que las células normales, por lo que es común utilizar esta tecnología como un método para el tratamiento de estas enfermedades.

Esto logra evitar que sucedan inconvenientes como el acontecido en nuestro país en 1996 con la bomba de cobalto.

Asimismo, para la investigación se utiliza la energía nuclear para el desarrollo de plasma como fuente alternativa de energía. Esto mediante el Laboratorio de Plasmas del TEC que desarrolla esta tecnología a través  del dispositivo denominado Stellarator y otras tecnologías que el  mismo laboratorio liderado por el doctor Vargas investiga y desarrolla.

Este equipo es uno de los pocos que existe en el mundo y tiene la característica de confinar magnéticamente el plasma a altas temperaturas para utilizar el proceso de fusión (unión de átomos) obtenido para obtener la energía.

Más fuerte que la energía nuclear

La pregunta de si existe algo más poderoso para liberar la energía que la atómica es la temida bomba  “H” o bomba de hidrógeno. Esta bomba tiene una fuerza superior, en promedio 100 veces mayor a la atómica. La explosión de esta bomba es una fisión que produce al mismo tiempo una fusión. Por tal razón, la liberación de energía se da en grandes cantidades.

La reacción nuclear de una bomba atómica es en cadena y descontrolada. La de hidrógeno responde a un mecanismo de acción-reacción más tecnológicamente previsible y mensurable. Se basa en la obtención de la energía desprendida al fusionarse dos núcleos atómicos, en lugar de su fisión.

El manejo que supuestamente han hecho países como Corea del Norte o Irán con sus programas nucleares es precisamente lo que ha generado tanto roce político. La comunidad internacional  busca evitar  el fomento del uso de esta tecnología con fines bélicos y que sea principalmente con fines benéficos para toda la población.

Parte de las misiones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) es contribuir al desarrollo sostenible de los Estados Miembros, entre ellos nuestro país, a través del uso pacífico de la tecnología nuclear.

Para esto el Organismo cuenta con un programa de cooperación técnica enfocado a promover cada vez más un impacto socio económico beneficioso para toda la región y donde América Latina ha tenido resultados muy valiosos durante los últimos años.

Entre ellos: la detección de enfermedades infecciosas; la utilización de simuladores para mejorar la terapia del cáncer; el aumento de la productividad del ganado y protección de este contra enfermedades así como el  desarrollo de capacidades para la explotación segura de mariscos entre otras aplicaciones más allá del campo destructivo que vislumbran una nueva época para la energía nuclear.

Reportaje elaborado por Kenneth Mora P y facilitado por la oficina de prensa del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC)