Empleos temporales por Navidad: ¿cómo evitar los timos y estafas de falsos empleos?
Bajo supuestas promesas de contratación, los delincuentes sustraen dinero o pertenencias de sus víctimas, ya sea mediante contactos por redes sociales o encuentros presenciales.
La llegada de la temporada navideña impulsa la creación de numerosos empleos temporales, pero también abre la puerta a fraudes que afectan especialmente a personas en condición de necesidad.
Cada fin de año se combinan fenómenos que incrementan significativamente la demanda laboral. El comercio experimenta su temporada alta con el inicio de las compras navideñas, el pago de aguinaldos, los bonos económicos y el aumento general de transacciones.
En este contexto, muchas empresas buscan personal de apoyo en áreas de ventas, servicio al cliente y labores operativas. Sin embargo, esta misma dinámica es aprovechada por estructuras delictivas que se valen del engaño para captar a quienes buscan un ingreso legítimo y urgente.
Bajo falsas promesas de contratación, los delincuentes sustraen dinero o pertenencias de sus víctimas, ya sea mediante contactos por redes sociales o encuentros presenciales.
La fiscala Polette Nájera, de la Unidad de Trámite Rápido de la Fiscalía Adjunta de San José, explicó que el timo del falso empleo es una modalidad con presencia histórica en el país y que, durante estas fechas, se registra con mayor frecuencia debido al incremento de trabajos de temporada. Detalló que estas estafas pueden originarse a través de redes sociales o de manera presencial en lugares de alta concurrencia como el centro de la capital.
"El delincuente se acerca a la víctima, detecta su interés por encontrar trabajo y da inicio al engaño. Uno de los casos investigados inició con una publicación en Facebook que ofrecía puestos de misceláneo y coordinador de misceláneo. Las personas interesadas eran agregadas luego a un chat de WhatsApp, donde se coordinaban supuestos requisitos y trámites.
"Posteriormente, eran citadas en un punto específico, como el parque de Alajuelita, para una reunión presencial. En ese encuentro, los estafadores las hacían llenar documentos, presentados como solicitudes de empleo, y solicitaban un depósito económico para adquirir uniformes o calzado requerido. El monto comúnmente exigido era de ¢20.000, aunque, si la persona no contaba con esa suma, los estafadores aceptaban cualquier cantidad disponible, incluso ¢2.000 o ¢5.000, bajo el pretexto de reservar la indumentaria que iba a utilizar", comentó Nájera.
Tras realizar el pago, usualmente por Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (SINPE) Móvil, las víctimas eran expulsadas del chat y bloqueadas inmediatamente, sin recibir más información ni tener forma de reclamar. Según la representante del Ministerio Público, el caso acumuló ofendidos entre octubre de 2024 y abril de 2025, evidenciando la vulnerabilidad y necesidad económica que los delincuentes buscan explotar.
La modalidad además se replica en el contacto presencial. En estas situaciones, el estafador se presenta como reclutador y convence a la víctima para acompañarlo a un supuesto local donde aparentemente va a ser entrevistada.
"Cuando la persona que busca trabajo llega con el estafador al local, ahí le solicita el teléfono celular, argumentando que debe ingresar códigos necesarios para el ingreso al trabajo. Una vez que obtiene el aparato, el delincuente se retira con el dispositivo y no regresa.
"En otros casos, se solicita un pago adelantado bajo el argumento de coordinar la entrega de uniformes, repitiéndose el patrón de desaparición tras obtener el dinero o los bienes", comentó Nájera.
Este tipo de engaños se aprovecha del aumento habitual de contrataciones en comercios como tiendas de ropa y calzado ubicadas en el centro de San José y otras zonas del país. Por ello, Nájera recomienda verificar directamente en los establecimientos si están ofreciendo vacantes y si las publicaciones vistas en redes sociales son oficiales.
La fiscala subrayó que ninguna empresa formal solicita dinero, ni teléfonos celulares, ni depósitos a cuentas personales como requisito para optar por un empleo. Cuando se requieren uniformes, estos trámites se realizan tras completar un proceso formal de reclutamiento y, comúnmente, los costos son cubiertos parcial o totalmente por la empresa, o bien descontados por planilla.
Nájera destaca que otro signo de alerta es la solicitud de fotografías de tarjetas de crédito o débito, así como procesos de contratación excesivamente rápidos que omiten pasos habituales como la revisión de atestados, entrevistas, referencia de empleadores previos o visitas a las instalaciones.
También señaló la importancia de distinguir entre cuentas bancarias empresariales y cuentas personales, pues estas últimas no deben utilizarse para trámites laborales.
En los casos de abordajes en la vía pública, La funcionaria señaló que los reclutadores de empresas formales no buscan personal en calles, parques o avenidas concurridas. Por tanto, cualquier ofrecimiento bajo esas circunstancias debe generar desconfianza.
"La recomendación central es verificar siempre la existencia de la empresa y la autenticidad del proceso antes de entregar documentos o bienes. Una práctica esencial es acudir personalmente a la tienda o lugar donde supuestamente se ofrece el empleo para confirmar la información, o bien comunicarse directamente con números oficiales", dijo Nájera.
La fiscala añadió que estas señales deben activar la alerta de manera inmediata.
El Ministerio Público hizo su llamado a la población para que, en medio de la emoción o necesidad por obtener un empleo durante la temporada alta, haga una pausa, cuestione, verifique y actúe con cautela.


