Por Eric Corrales |14 de agosto de 2020, 18:13 PM

Este sábado 15 de agosto, Día de la Madre, cuando el reloj marque las 10 de la noche, Melania Vargas, de 28 años, ingresará a su jornada laboral en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Juan de Dios. Ella es enfermera, madre de una niña y tiene cinco meses de embarazo.

Ahí le espera una ardua labor de siete horas que realizará, a pesar de su estado y sus pies hinchados, con gran compromiso, como lo ha hecho en los últimos nueve años.

Melania cuenta que al inicio de la pandemia, al igual que sus compañeros, tuvo miedo al contagio porque ella tiene una niña de 11 meses y está en periodo de lactancia; pero relata que desde el ingreso del primer paciente COVID-19 a la UCI sus compañeras la han cuidado. Eso sí, cuando días después le confirmaron que estaba embarazada, su temor aumentó.

La Dirección de Enfermería le dio la opción de cambiar de salón, sin embargo, ella valoró la situación y decidió quedarse en la UCI: es el lugar donde se siente más segura.

“Al principio tuve mucho miedo y yo misma solicité el traslado, pero luego analicé y es el lugar más seguro donde puedo estar, siempre me cuido un montón, y mis compañeros también me cuidan”, dice Vargas.

La joven no ingresa a los cubículos donde están los pacientes COVID-19, su misión es coordinar todo lo que sus compañeros necesitan para trabajar.

“Al principio todos estábamos temerosos de contagiarnos, de omitir algún paso al quitarnos el equipo de protección personal, y esto hizo que entre todos nos cuidemos. Estamos en vigilancia permanente unos de otros para protegernos entre todos”, expresó Melania.

Esta vecina de Palmares labora de 10 de la noche a cinco de la mañana y todos los días viaja en bus. Melania asegura que siente más temor en el transporte público que en el hospital, porque las personas no utilizan la mascarilla y la careta de forma adecuada.

Para darle seguridad a su hija, antes de ingresar a su casa se baña; incluso, por tres meses utilizó 24 horas mascarilla, según cuenta. Su dinámica familiar ha cambiado mucho porque ya no pueden salir con su pequeña a caminar en el parque, actividad que realizaban con frecuencia.

Melania llega a su casa a las 6:30 de la mañana, se baña y se mantiene despierta realizando algunas tareas del hogar y compartiendo con su hija, a las 11 de la mañana llega su mamá y ella aprovecha para dormir.

Esta enfermera y madre expresó que de esta pandemia lo que más le ha impactado han sido las muertes de pacientes, porque en algunos casos la persona está estable y se complica de un momento a otro. 

“El médico residente llama a la familia para darle la noticia del fallecimiento, luego yo los tengo que llamar para darle todas las indicaciones de cómo retirar el cuerpo, eso es muy triste”, dice la funcionaria.

Melania hace un llamado a las familias costarricenses para que se cuiden en este Día de la Madre, que utilicen bien la mascarilla y careta porque "esto no es un juego".

En la Unidad de Cuidados Intensivos de Hospital San Juan de Dios trabajan 60 personas que cubren los tres turnos, hasta la fecha ninguno se ha contagiado con el virus. En este momento, este área está enfocada a la atención exclusiva de pacientes COVID-19 de gran complejidad.