Por Mariela Montero Salazar |14 de abril de 2024, 8:00 AM

En Costa Rica, la población más pobre sacrifica la calidad de vida con tal de poder comprar alimentos más caros, según revela un estudio de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica (UCR).

El estudio analizó cómo reacciona el consumo de alimentos en los hogares frente al aumento de precios o la disminución de los recursos necesarios para adquirirlos. Para ello, se seleccionaron 25 productos consumidos por al menos uno de cada cinco hogares en el país, representando el 0,1 % del gasto en comida por familia, según datos del INEC.

Los alimentos analizados fueron: pan, tortillas, galletas, arroz, leche, natilla, huevos, bistec, carne molida, atún, margarina, plátano maduro, chayote, chile dulce, culantro, tomate, frijoles, cebolla, papa, azúcar, consomé, sal, tostadas, café y gaseosas.

Se definieron como "hogares vulnerables" aquellos que perciben un ingreso per cápita menor o igual a 75 mil  mensuales. Posteriormente, se estableció la curva de la demanda de cada alimento y se calcularon las elasticidades con métodos estadísticos.

Los resultados revelaron tres grupos de alimentos. Mientras que el aumento del 1% en el precio puede reducir hasta en un 0,38% el consumo de pan y un 0,17% el chayote, en las tortillas y el pescado, más bien aumenta la compra en un 0,02% y 0,06% respectivamente.

Por otro lado, un tercer grupo de alimentos son insensibles al precio, es decir su  consumo permanece constante independientemente de los cambios en su precio. Aquí se incluyen: las galletas, el arroz, la leche, la natilla, los huevos, el bistec, la carne molida, la margarina, el plátano maduro, el chile dulce, el culantro, el tomate, los frijoles, la cebolla, la papa, el azúcar, el consomé, la sal, las tostadas, el café y las gaseosas.

Según el estudio los cambios de precio 
afectan principalmente a los individuos de menores ingresos, quienes se ven obligados a priorizar la compra de alimentos básicos aunque estén más caros.

Entonces, si los precios de los alimentos aumentan y los ingresos no cambian, ¿cómo hacen estas familias para comprarlos? Según el economista de la UCR, Erick Sequeria, recortan gastos en otros rubros esenciales, impactando negativamente su calidad de vida.​​

"Esto significa menos gasto en temas como salud, vivienda, educación o recreación, por citar cuatro ejemplos. Además, se corre el riesgo de que una pequeña parte de esas familias busque formas ilícitas de ganar dinero para satisfacer otras necesidades" detalló Sequeira.

El investigador, recalca que de hecho, eso mismo ocurrió durante la última pandemia: la reducción en los trabajos y en las ventas de diversos productos o servicios, acompañado de un incremento en los precios de algunos insumos, hizo que las familias renunciaran a bienes y servicios que pueden ser trascendentales para su bienestar.

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