Por Teletica.com Redacción |3 de junio de 2018, 7:25 AM

La Selección Nacional hizo maletas a Rusia con un partido perfecto ante Irlanda del Norte, un rival de importancia en cartel y escasez en fútbol que orquestó a la perfección todo lo que se quería  para la despedida de la Tricolor.

El 3-0 en el Estadio Nacional excedió cualquier expectativa que se pudiera tener de ese último partido de la Sele en casa antes del Mundial: no porque todo se hiciera bien, pero sí porque todo salió bien.

El principal objetivo ante los irlandeses era ganar, primero por lo deportivo pero sobre todo por lo moral, para levantarle el ánimo a una afición que todavía es escéptica sobre el papel en el Mundial y a un grupo que se encamina a un reto mayúsculo.

Ahí se cumplió con creces, dominando a un rival que apenas si se asomó a la portería tricolor y que fue absolutamente dominado ante una gradería llena.

Luego vinieron los pluses de ese triunfo.

Óscar Ramírez consiguió descansar a Bryan Ruiz, Christian Bolaños y Marco Ureña, todos tocados por diferentes molestias y necesitados de cualquier minuto de descanso que pueda llegar antes de lo importante.

En ese plan también se le dio minutos a los menos regulares, un apartado que hoy encabezó Joel Campbell, figura en La Sele tras casi un año sin vestir la camiseta tricolor y anotador del segundo tanto (46’) luego de año y medio de ausencia en las redes.

Fue un baño de confianza para un hombre del que siempre se espera mucho con la Selección y que será indispensable en los planes del Machillo, como titular o relevo.

A él se unieron Cristian Gamboa y Óscar Duarte, el primero ausente en los planes del Celtic escocés y el segundo urgido de minutos tras una lesión que le robó protagonismo en el final de temporada con el Espanyol de Barcelona.

Los dos cumplieron a cabalidad con lo que se les encomendó.

Alcanzó además para revestir de confianza a Johan Venegas arriba, un hombre usualmente criticado por la prensa y afición pero que le responde a Ramírez en la cancha: un cabezazo suyo al 30’ encaminó la goleada tica y lo hizo como centro delantero en lugar de Ureña, quien se asume será el dueño de la titularidad.

Y así salió todo lo demás: no se sufrió atrás, a la afición se le dio la oportunidad de aplaudir a su ídolo Keylor Navas por celebrados 32 minutos y hombres menos regulares como Ian Smith y Leonel Moreira también tuvieron oportunidad de aparecer.

El gol de cabeza de Francisco Calvo (66') vino a cerrar con broche de oro un partido de despedida que dejó a todos con un buen sabor de boca. 

Costa Rica se va a Europa entonces con una maleta llena de cosas buenas, esperando que Inglaterra (7 de junio) y Bélgica (11) dejen las mismas sensaciones antes del debut mundialista ante Serbia (17).