Un pueblo navideño dentro de casa: el orgullo de una familia en Coronado
Ignacio Montero reúne 73 villas en una estructura que monta con su familia. Cada año suman nuevas piezas y nuevas historias en un proyecto que convirtió su casa en un pequeño universo iluminado.
En Dulce Nombre de Coronado, la Navidad no empieza con el encendido del árbol ni con el primer adorno colgado. Empieza cuando se encienden las luces de 73 pequeñas villas que Ignacio Montero ha reunido a lo largo de los años. Son casas diminutas, puentes, figuras, faroles. Un mundo minucioso que se levanta dentro de su hogar y que, sin contar los accesorios, se ha convertido en una de las colecciones navideñas más grandes del país.
Ese universo comenzó de manera humilde: unas pocas villas acomodadas en el cuarto de Ignacio, un gesto íntimo para honrar su amor por la Navidad. Pero con los años, el cuarto se volvió pequeño y la pasión creció. Hoy, la colección ocupa un espacio amplio de la casa y atrae miradas, despierta recuerdos y contagia ilusión entre quienes la visitan.
Nada de esto habría sido posible sin su familia. Son parte esencial de esta tradición. Cada diciembre se unen para armar la estructura que sostiene el pequeño pueblo iluminado. Les toma cerca de un mes organizar niveles, ajustar bases, distribuir villas y decidir qué lugar ocupa cada pieza. Es un trabajo paciente y meticuloso, un ritual que se repite año tras año.
Y hay algo más: cada Navidad, su familia le regala una nueva pieza. Una villa más, un detalle más, un recordatorio de que el afecto también puede tomar forma de casita iluminada. Así, la colección crece no solo en tamaño, sino en significado. Cada pieza es una historia. Un gesto. Una memoria compartida.
Entre todas, siempre hay una favorita: aquella que cautiva por su diseño, por su origen o por lo que simboliza. Pero en realidad, lo más valioso no es la pieza más grande ni la más antigua. Es lo que cada villa representa para Ignacio y los suyos: un lazo que se fortalece, una tradición que se sostiene, un rincón que se transforma en escenario navideño digno de cuento.
Ignacio comenzó decorando un cuarto. Hoy, junto a su familia, ha construido un pequeño mundo donde la Navidad nunca deja de brillar.
Puede repasar la historia completa en el video disponible en la portada del artículo.

