Marcela Jiménez: una historia de amor equino como pocas
El amor por los caballos nació con ella y la impulsó a ser la propietaria de uno de los frisones más hermosos de Costa Rica.
Esta vecina de Alajuelita tiene 33 años y asegura que, el día que nació, también nació su amor incondicional por los caballos.
Su padre tenía caballerizas en el patio de su casa en aquel entonces y, desde que era muy pequeña, corría a montarlos a escondidas, por temor a que sus padres la regañaran.
Con el tiempo aprendió a domarlos, ganándose así la confianza de sus padres, una que la impulsó a seguir creciendo en el mundo equino hasta llegar, ya de adulta, a decidir que esa sería la profesión que quería perseguir por el resto de su vida.
Hoy, Jiménez es la encargada de chinear, cuidar, montar y amar a Gurbert, a quien ella considera como uno de los caballos más hermosos de Costa Rica. El animal es de la raza frisón, procedente de Países Bajos y reconocida como una de las especies más veneradas en el mundo, cuyas dotes de agilidad y potencia se remontan hasta la época de las huestes romanas.
Gurbert, a quien importó desde Holanda, mide 67 pulgadas y pesa más de 500 kilogramos. Hoy por hoy, se considera como uno de los caballos más singulares del país, por lo que ha sido invitado a exhibirse en más de un evento hípico con honores.
Aprenda más detalles sobre Jiménez y sobre el mundo hípico en el video adjunto a esta nota.
