Por Johnny López 15 de diciembre de 2025, 17:59 PM

En la casa de Rebeca Alfaro, la Navidad no se limita a lo que se mira: se respira. Cada rincón late con luces, guirnaldas y pequeñas escenas mágicas que ella arma con paciencia y devoción, como quien construye un recuerdo antes de que ocurra.

Rebeca es una entusiasta confesa de la decoración temática. “Me encanta celebrar Halloween para decorar la casa y también siempre celebro mis cumpleaños con fiestas temáticas en las que también decoramos nuestro hogar”, cuenta entre risas, como si el calendario fuera una excusa permanente para celebrar.

Pero este diciembre tuvo un significado distinto. La decoración navideña fue pensada como un homenaje silencioso, cargado de emoción. Estaba dedicada a su hermana Astrid, quien regresó a Costa Rica después de 25 años viviendo fuera del país. Volvía para reencontrarse con su familia y para cumplir un deseo íntimo: ver con sus propios ojos la Navidad que Rebeca había imaginado para ella.

El reencuentro ocurrió a inicios de diciembre y dejó una huella que todavía se siente en el aire de la casa. “Fue muy lindo volvernos a ver, volvernos a abrazar, y saber que este año la vida nos dio el regalo de estar juntas. Es muy especial”, comparte Astrid mientras recorre los pasillos iluminados que su hermana preparó con tanto esmero.

El hogar es, literalmente, un parque temático navideño. El jardín se enciende con miles de luces; en las habitaciones aparecen Santa Claus en múltiples versiones; hay villas navideñas, árboles, coronas y adornos que cuelgan de techos y ventanas. Incluso el baño tiene su propio guiño festivo. En la sala y la cocina, la Navidad también se sienta a la mesa.

Es imposible cruzar la puerta sin sentir que aquí diciembre tiene alma. Y este año, esa alma tuvo nombre propio: Astrid. Al final de esta historia, le invitamos a repasar el reportaje completo en el video que aparece en la portada del artículo.

YouTubeTeleticacom