La historia detrás de la sonrisa de “Calimán” merece ser recordada

Comenzaremos por decir que su nombre de pila es Luis Enrique Díaz, y que su apodo viene de un popular personaje de las radionovelas. 

“Yo escuchaba la historia de Calimán en la radio y entonces, como el personaje tenía la habilidad de hipnotizar, yo jugaba eso mismo con mis compañeros de escuela y así fue como me quedé con el sobrenombre para siempre”, recordó.

Conforme pasaron los años, la vida de este alegre personaje y servidor de la parroquia en Alajuelita dio un giro inesperado. 

“Desde niño era tremendo. Cuando aprendí a trabajar, al mismo tiempo me metí en vicios que no me hicieron nada bien. Me metí en tortas y problemas con los vecinos del barrio. Estuve 10 años en prisión por hurtos”, comentó.

Sin embargo, un día dijo “basta” y, con ello, decidió darle un nuevo rumbo a su vida: “Lo que cambió mi vida fue Dios. La gente se cansaba de decirme que cambiara, hasta que un día Dios me dio una segunda oportunidad”, añadió.

Actualmente, es fiel colaborador del Santuario Nacional de Santo Cristo de Esquipulas, donde cumple diferentes funciones como lector y también como colaborador en la limpieza del templo.

Su energía es contagiosa y su perseverancia, admirable. Conozca por qué conociendo su historia en el video adjunto.