El padre chicharronero que prende la paila y el espíritu navideño
La comunidad de San Rafael Arriba se prepara para una fiesta donde los chicharrones del padre Oldemar son el puente entre fe, unión y recaudación.
En San Rafael Arriba, la Navidad empezó a cocinarse desde temprano, y no en un pesebre, sino en una paila. La Parroquia San Rafael Arcángel decidió que este año la fiesta debía oler distinto: a carne dorada, a barrio reunido, a esas celebraciones que se construyen con manos vecinas y humor genuino.
El 11 de diciembre, a partir de las seis de la tarde, habrá música, rifas, sonrisas… y una chicharronada que ya le dio la vuelta a la comunidad. El protagonista inesperado de la noche es el propio párroco, el Pbro. Oldemar Ruiz, que por un momento dejó la sotana colgada y se puso el delantal. Lo grabaron encendiendo la paila, agregando la grasa y moviendo los trocitos de cerdo con una mezcla de paciencia y curiosidad. A su lado, un experto le dicta ese tipo de consejos que no salen en los libros, pero sí en los barrios.
“Aquí estoy preparando los chicharrones, buscando cómo mejorar la receta para que la gente nos visite”, dice entre risas el padre, mientras el aroma empieza a trepar por las aceras y arrastra a más de uno a asomarse.
Bajo el humor hay un objetivo claro: recaudar fondos para mejorar el templo y vestirlo de Navidad como cada año, cuando se convierte en un punto de encuentro para familias, feligreses y curiosos que llegan atraídos por la luz y la calidez del lugar.
La invitación está hecha: San Rafael Arriba se reunirá alrededor de una paila encendida, en una fiesta sencilla, auténtica, nacida del cariño de una comunidad que sabe que la Navidad no es solo un día, sino la manera en que se comparte.
Puede repasar el reportaje completo en el video disponible en la portada.

