Por Diana Vásquez |3 de junio de 2025, 17:50 PM

Lo que comenzó como una salida urgente para enfrentar una situación difícil se transformó en un negocio familiar lleno de sabor y esperanza. Jorge Rojas, padre de tres hijos, encontró en la venta de guayabas y mangos michelados —con limón, sal y otros ingredientes irresistibles— una manera de sostener a su familia y, con el tiempo, construir un sueño.

Durante años, Jorge recorrió las calles de San José empujando un carrito de supermercado. En él ofrecía frutas tropicales bañadas en sabores intensos, que rápidamente conquistaron a quienes las probaban. Su carisma y creatividad lo llevaron a hacerse viral en TikTok, donde miles de personas conocieron su historia y lo convirtieron en un símbolo de esfuerzo.

Gracias a ese impulso, su clientela creció y, con ella, también su esperanza. Tras largas jornadas y muchos sacrificios, Jorge logró abrir su propio local en San Sebastián, ubicado 75 metros al sur del Walmart, frente a la Bomba Uno. Atiende de martes a domingo, de 10 de la mañana a 8 de la noche, con la misma amabilidad de siempre, pero ahora bajo techo, en un espacio más digno y estable para su familia.

El negocio lo comparte con su hermana, quien se unió al emprendimiento vendiendo fresas con crema y otros antojos dulces. Juntos han ampliado la oferta, atrayendo a más clientes y consolidando una pequeña empresa que nació de la necesidad, pero creció con dedicación y corazón.

La historia de Jorge Rojas es un ejemplo del espíritu luchador costarricense. De empujar un carrito por las calles a liderar su propio negocio, nos recuerda que, incluso en medio de las crisis, los sueños pueden abrirse camino con sabor, esfuerzo y mucho amor.

No se pierda la historia completa en el video que está en la portada de este artículo.

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