Casa centenaria es fuente de inspiración para pareja de abuelitos en Puriscal

Una olla de carne hecha a la leña en medio de un apacible ambiente de montaña y una vida sencilla representan la mayor fortuna para Francisco Caravaca y su esposa, Norma Valverde.

Este matrimonio oriundo de San José encontró en los tiempos más difíciles de la pandemia su válvula de escape lejos de la ciudad: una casa con más de 100 años de historia, la cual eligieron como su paraíso soñado para disfrutar de su retiro.

“Nos vinimos porque en Desamparados el COVID empezó a hacer de las suyas. Nosotros ya adultos mayores decidimos refugiarnos en este lugar lejos de todo. Aquí nos sentimos más cerquita de Dios”, comentó Valverde, quien es educadora pensionada al igual que su esposo.

Valverde asegura que la televisión es su compañera inseparable: “Aquí solo entra Canal 7, por dicha, porque yo ningún programa me lo pierdo”, recordó.

Muchas de las intervenciones que tuvieron que hacer en la casa fueron posibles gracias a las manos de Francisco, quien lleva la vena de artista y de escultor desde su infancia.

“Esta casa, así como está, primero se construyó en otro lugar. El primer propietario desarmó la casa donde él vivía y la trajo hasta aquí, donde la reconstruyó”, comentó Caravaca.

Y así, entre tardes lluviosas, una taza de café, el arte y la buena compañía, esta pareja continúa escribiendo su historia de vida en una casa que vio su origen hace más de un siglo.