Por Adrián Fallas 19 de noviembre de 2025, 11:45 AM

El camino al Mundial 2026 parecía simple. Canadá, Estados Unidos y México estaban clasificados. En un grupo con Haití y Nicaragua, se calculaba que Honduras iba a ser el rival a vencer. Luego hubo que jugar los partidos y todo el cálculo inicial explotó en la cara del fútbol costarricense.

Este miércoles, la Tricolor sabe que el Mundial se verá por televisión y que el calendario de medio año estará abierto.

Pero, ¿cómo se llegó a este punto?

El primer pecado cometido por los de Miguel Herrera fue empatar en Nicaragua. Haití, que terminó dejándose el boleto, salió de Managua con tres unidades, mientras que Costa Rica y Honduras dejaron puntos. Ambos quedaron sin Copa del Mundo y sin repechaje.

El segundo juego de la fase final de la clasificación fue el 3-3 en La Sabana ante los haitianos. Miguel Herrera no supo leer el partido y vio cómo los isleños se repusieron de un 2-0 parcial y casi se llevan las tres unidades.

La falta de definición en momentos clave quedó expuesta en las últimas dos fechas: derrota en Curazao ante Haití y, en San José, un amargo 0-0 contra Honduras.

También es válido señalar que Herrera nunca tuvo claridad sobre su plantel. Primero prefirió a los legionarios jóvenes; terminó privilegiando a los del torneo local y nombres veteranos.

Finalmente, el Nacional fue fortaleza, pero de naipes, un castillo que se derrumbó.

El 3-3 ante los haitianos, triunfo ante Nicaragua y el amargo 0-0 ante los catrachos en la despedida.

Si a esto se suman los yerros desde la cúpula federativa, queda claro que el Mundial 2032 puede ser una batalla cuesta arriba.

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