Costa Rica se va de la Uncaf con una derrota ante Panamá y un vergonzoso cuarto lugar
El gol de Armando Cooper al 67’ puso punto final a una participación para el olvido de la Tricolor en la Copa Centroamericana
Costa Rica dijo adiós a la Copa Centroamericana con una derrota 1-0 ante Panamá y un vergonzoso cuarto lugar, la última mancha en un torneo lleno de carencias para la Tricolor.
El gol de Armando Cooper al 67’ puso punto final a la deslucida participación de La Sele en esta edición de la Copa, donde solo consiguió vencer a Belice y luego empató ante Nicaragua, El Salvador y Honduras.
Esas paupérrimas cuentas dejaron al equipo de Óscar Ramírez en el cuarto lugar de clasificación por detrás del campeón Honduras, el anfitrión Panamá y El Salvador, una posición que le valió a los ticos el último cupo directo a la Copa Oro y que igualó además el peor registro de la Selección en el torneo del área, junto con aquel de la edición de 1995.
Esta tarde en el Rommel Fernández la Tricolor volvió a repetir todo lo malo de las fechas anteriores, un conjunto sin norte ni pegue, permisivo atrás y perdido arriba.
La delantera, que volvió a abrirle espacio a Deyver Vega en sus líneas, sufrió de la misma escasez de siempre. Dos remates suyos, al filo de la primera mitad, fueron lo mejor de su tarde y también de la Selección, porque de la segunda mitad hay todavía menos que rescatar.
Allan Miranda, José Guillermo Ortiz, Marvin Angulo o John Jairo Ruiz fueron apenas rostros de lo enorme que le quedó un torneo tan humilde a la Selección. Ellos, parte de los llamados a demostrar en busca de un cupo para la eliminatoria, desperdiciaron el llamado tanto como Ramírez, al que el grupo de posibles variantes se le sigue reduciendo.
El tanto de Cooper, al 67’, perfectamente pudo haber sido acompañado por otro suyo al 75’, cuando el balón se estrelló caprichosamente en el palo.
Al final la victoria canalera fue justa y merecida para ambos, para los de casa por su esfuerzo y propuesta, para la Tricolor como un recordatorio de que el nombre y el estatus no alcanzan para celebrar nada.