Totti escribió una emotiva carta de fidelidad a la Roma: 'Tu casa lo es todo'
El capitán de 39 años dejó entrever su amor por el único club de su carrera en el sitio web The Players Tribune
En una época de rimbombantes fichajes y excesivos montos de dinero por la venta de futbolistas, el jugador italiano Francesco Totti describió su amor y pasión por la Roma en una emotiva carta.
Totti publicó este miércoles un enunciado en el sitio theplayerstribune.com, página acostumbrada a ser la voz oficial de los atletas a nivel mundial y en donde han figurado escritos de figuras como Derek Jeter, Kobe Bryant o la tenista Billie Jean King.
A continuación lea la traducción exacta de la carta publicada por Totti:
Hace veintisiete años alguien llamó a la puerta de nuestro apartamento en Roma. Mi madre Fiorella, fue a abrir. La persona que se encontró al otro lado definiría mi carrera futbolística.
Cuando abrió la puerta, un grupo de señores se presentaron como directores deportivos, pero ellos no eran de la Roma, vestían de rojo y negro. Eran del AC Milan, y ellos querían que yo fuera parte de su equipo a toda costa. Mi madre alzó los brazos al cielo, ¿qué piensas que le dijo a esos señores?.
Cuando eres un niño de Roma, sólo hay dos opciones posibles: ir de giallorosso o de bianco-celeste. La AS Roma o la Lazio. Sin embargo, en nuestra familia, sólo había una opción posible.
Lamentablemente, yo no llegué a conocer a mi abuelo porque murió cuando yo era pequeño, pero él me dejó un gran regalo. Mi abuelo Gianluca era un gran aficionado de la Roma y se lo transmitió a mi padre, que luego se lo pasó a mi hermano y luego me llegó a mi. Nuestro amor por la Roma era algo que nos han transmitido. La Roma era más que un club de fútbol, era parte de nuestra familia, nuestra sangre, nuestras almas.
No teníamos la oportunidad de ver muchos partidos en la televisión, porque en los años 80 no se retransmitían muchos, pero cuando tenía siete años, mi padre consiguió entradas y finalmente pude ver a los lobos en el Estadio Olímpico. Todavía puedo cerrar los ojos y recordar la sensación. Los colores, los cantos, el humo de los petardos en apagarse… Yo era un niño tan lleno de vida que sólo estar en ese estadio, alrededor de todos los demás aficionados de la Roma, encendió algo dentro de mí. No sé cómo describir esa sensación….
“Bellissimo”
Esa es la única palabra que me sale para describirlo.
No creo que nadie de mi barrio en San Giovanni me haya visto alguna vez sin un balón de fútbol en las manos o en mis pies. En las calles de piedra, entre las catedrales, en los callejones y en cualquier lugar, en todas partes. Cuando era un niño, era algo más que un amor por el fútbol para mí. Ya era ambicioso y quería que esa fuera mi profesión. Empecé jugando para clubes juveniles. En las paredes de mi habitación tenía carteles y recortes de periódicos de Giannini “il capitano de la Roma”. Él era un ídolo para mi, un símbolo porque era un chico romano como nosotros.
A los 13 años llamaron a la puerta.
Los hombres del AC Milan me pedían unirme a su club de fútbol. Una oportunidad para hacer mi carrera en un gran club italiano. Obviamente no es una decisión que podía tomar solo. Mi madre siempre ha sido “la jefa” y todavía lo es. Ella, como todas las madres italianas, es muy protectora de sus hijos, no quería que me fuera de casa por miedo a que me pasara algo.
“No, no”, le dijo a los directores. Eso fue todo lo que les dijo “Lo siento, no, no”.
Fin de la conversación. Mi primera transferencia fue rechazada por “la jefa”.
En el fin de semana, mi padre y mi hermano me llevaban a los partidos, sin embargo, de lunes a viernes, mi madre se hacía cargo. Fue difícil decir no al AC Milan. Habría significado mucho dinero para nuestra familia, pero mi madre me enseñó una lección de ese día. Su casa es lo más importante en la vida.
Unas semanas más tarde, después de haberme visto en uno de mis partidos juveniles, la Roma me hizo una oferta. Iba a vestir de giallorosso.
Mi madre lo sentía. Ella me ha ayudado en mi carrera de muchas maneras. Era protectora y todavía lo es, pero hizo tantos sacrificios para asegurarse de que yo estuviera en el campo todos los días. Sé que esos primeros años fueron difíciles para ella. Era mi madre quien me llevaba al entrenamiento y me esperaba. Fuera de las instalaciones me esperaba dos, tres y a veces cuatro horas, mientras que yo entrenaba. Esperaba bajo la lluvia, en el frío, no le importaba.
Ella esperaba a que yo pudiera realizar mi sueño.
A los 90 minutos del primer partido no supe que haría mi debut con la Roma en el estadio Olímpico. Yo estaba sentado en el bus que nos llevaba de Trigoria al estadio y sentí crecer mi adrenalina. La tranquilidad que sentía la noche anterior había desaparecido. Los aficionados de la Roma son muy diferentes a los demás. Se esperan tanto de ti cuando te pones la camiseta de la Roma. Debes de demostrar tu valor, y no hay mucho espacio para cometer errores.
Cuando entré en el terreno de juego, me sentí orgulloso de jugar para la ciudad, para mi abuelo, para mi familia.
Durante estos 25 años, aquella presión – y el privilegio – nunca ha cambiado.
Por supuesto que he tenido errores. Incluso hace 12 años pensé en dejar la Roma para ir al Real Madrid. Cuando un equipo muy exitoso, tal vez el más fuerte del mundo, te pide formar parte de él, empiezas a pensar en como podría ser tu vida en otros lugares. Tuve conversaciones con el presidente de la Roma, y marcó la diferencia. Pero al final, la conversación que tuve con mi familia me recordó en que consiste la vida: Tu casa lo es todo.
En estos 39 años, Roma ha sido mi casa. Desde hace 25 años como futbolista, Roma ha sido mi casa. Espero haber representado al club de la mejor manera posible y de haber alzado estos colores lo más alto ganando el scudetto yjugando en la Champions Leaue. Espero que estén orgullosos de mi.
Me podría definir como un animal de costumbres. Ni siquiera me fui de casa de mis padres hasta que me comprometí con mi esposa, Ilary. Por eso, cuando miro hacia atrás en el tiempo, voy a extrañar la rutina, las cosas cotidianas, las horas de entrenamiento, las charlas en el vestuario. Creo que lo que más voy a extrañar es compartir un café con mis compañeros de equipo todos los días. Tal vez, si regreso como director un día, seguiré disfrutando de estos momentos.
Muchos me preguntan, ¿por qué has pasado toda la vida en Roma?
Roma es mi familia, mis amigos, la gente que amo. Roma es el mar, las montañas, los monumentos. Roma también son los romanos.
Roma es el giallo y el rosso.
Roma, para mí, es el mundo.
Este club y esta ciudad han sido mi vida.
Sempre .