Presidente Solís evitó escuchar en la ONU el mensaje del presidente de Brasil
"Nuestra decisión, soberana e individual, de no escuchar el mensaje del señor Michel Temer obedece a nuestra duda de que ante ciertas actitudes y actuaciones, se quiera aleccionar sobre prácticas democráticas", reza comunicado de Cancillería.
El mandatario, Luis Guillermo Solís, escuchó atento el discurso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas número 71, que comenzó este martes y termina el 26 de este mes.
Una vez el surcoreano ofreció su último discurso al frente del organismo -deja el puesto a finales de este año- cuando Solís y varios de los que lo acompañan en Nueva York se levantaron de la silla y se marcharon.
Allí solo quedó el embajador costarricense ante la ONU, Juan Carlos Mendoza.
A los pocos instantes hizo uso de la palabra el mandatario brasileño, Michel Temer, quien a fuerza de un polémico proceso de destitución sacó del poder a Dilma Rousseff.
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Temer aseguró ante muchos de sus homólogos que Brasil "dio un ejemplo al mundo" de democracia con la salida de Rousseff, quien dejó el poder salpicada por el escándalo de corrupción más grande en el gigante suramericano.
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Una vez el brasileño habló le tocó el turno a Barack Obama -quien habló sobre cómo Rusia trata de recuperar sus glorias pérdidas a través de la fuerza- y allí estaban Solís y sus acompañantes, quienes regresaron a sus asientos.
¿Fue un acto de protesta por parte de la delegación nacional?
En un comunicado de prensa, la Cancillería expresa que el país "ha seguido, rigurosamente, todas las formas diplomáticas y de respeto sobre proceso político en Brasil".
Agrega el texto: "Nos preocupa la situación en ese país, a cuyo pueblo apreciamos y con el que nos hemos sentido siempre cercanos. Sin embargo, nuestra decisión, soberana e individual, de no escuchar el mensaje del señor Michel Temer en la Asamblea General obedece a nuestra duda de que ante ciertas actitudes y actuaciones, se quiera aleccionar sobre prácticas democráticas".
Finalmente, la Cancillería matizó su posición al indicar que es habitual que los Jefes de Estado "no escuchen todos los discursos de sus homólogos".



