Por Adrián Z Rivero |8 de diciembre de 2023, 10:50 AM

La fatídica mañana del pasado 7 de octubre, el grupo terrorista Hamás lanzó contra Israel una ofensiva coordinada, sin precedentes, que marcó el inicio de una hecatombe que se mantiene viva dos meses después.

La jornada fue inaugurada por el lanzamiento de cientos de misiles, que, sin embargo, realmente fueron una distractora antesala de la acometida real en tierra, que dejó más de 1.200 asesinados y torturados israelíes, además de aproximadamente 240 secuestrados.

El grupo terrorista incursionó en territorio israelí, llevando la sombra del horror por su camino y reavivando la ira de un país dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias sin cansarse hasta garantizar la destrucción de Hamás.

Pocos días después, el 13 de octubre, Israel ordenó la evacuación de más de un millón de civiles palestinos del norte al sur de la franja de Gaza; una advertencia que levantó la preocupación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por las “consecuencias humanitarias devastadoras” que se preveían de la reacción israelí.

“La intención inicial de Israel fue, en primer lugar, cortar los contactos más cercanos que pudiera tener el Hamás para poder seguir haciendo lanzamientos de cohetes hacia el sur de Israel, algunas zonas que están muy cercanas a la frontera con Gaza y, por el otro lado, desmantelar toda la operatividad de Gaza, en este caso, del Hamás y la yihad islámica, para poder dejarlos ya lo más débiles posible”, explicó el analista internacional Bryan Acuña a Teletica.com.

El 27 de octubre fue cuando Israel intensificó su contraataque, con un aumento de bombardeos y el inicio de una incursión terrestre en Gaza, que arrastraba por miles los fallecidos y heridos.

En el camino, agrega Acuña, las tropas israelíes “han hecho algunos intentos para ir desmantelando los túneles” y también "desarmando algunos lugares donde tienen (Hamás) almacenados armamentos".

Ese mismo día, la Asamblea General de la ONU celebró una reunión de emergencia sobre Gaza, que, por la tarde, dejó un proyecto de resolución de la crisis, liderado por Jordania, aprobado por 120 países y rechazado por 14.

La resolución incluye una petición de una "tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida", además de la "liberación inmediata e incondicional" de todos los civiles cautivos, entre otras cosas.

La disposición, que no tiene carácter vinculante, fue rotundamente rechazada por Israel, que aseguró que no detendría sus operaciones militares hasta que Hamás fuera destruido y los rehenes liberados.

Tregua temporal

Casi un mes después, con los ojos del entorno internacional puestos sobre la dramática situación y la intervención de países como Estados Unidos, Egipto y Qatar, se logró fraguar una tregua entre los combatientes, a cambio de la liberación de rehenes y prisioneros.

La tregua, que inició el 24 de noviembre y finalizó el 1.º de diciembre, con varias prórrogas en el medio, permitió la liberación de 110 rehenes, intercambiados por 240 presos palestinos. 

El analista internacional manifestó que Israel ha señalado que, de darse un alto al fuego en las condiciones actuales, esto ayudaría a un reagrupamiento del Hamás y la huida de algunos de sus líderes. Acuña añadió que uno de los principales objetivos de Israel en la guerra es eliminar a los líderes que administran al grupo terrorista al interior de Gaza.

La contraofensiva israelí ha dejado, hasta la fecha, más de 15.000 muertos en el lado palestino, de los cuales el 40% eran niños, según datos publicados por la ONU.

¿Qué sigue?

El 6 de diciembre, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, invocó el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas.

Este artículo, que no ha sido invocado en varias décadas, establece que "el secretario general podrá señalar a la atención del Consejo de Seguridad cualquier asunto que, a su juicio, pueda amenazar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales".

Según lo publicado por la ONU, en la carta enviada al Consejo de Seguridad, el secretario general presiona para evitar una catástrofe humanitaria y reitera el llamado al alto al fuego.

Acuña señaló que esto incrementará la presión sobre Israel, pero duda que avance hacia una resolución, ya que el Consejo se integra por 15 países, de los cuales hay cinco miembros permanentes, entre los que están Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña; todos estos aliados de Israel y que podrían vetar la medida que se proponga.

Aunque la guerra se ha extendido por dos meses, el analista asegura que no está fuera de lo que se podía prever.

“Se entendía, desde un inicio, que las operaciones militares se iban a extender por un tiempo. El primer objetivo, que era mitigar un poco el impacto en el norte de Gaza, cerca de la frontera con Israel, se ha logrado hasta cierto punto; incluso, hemos visto que cuando se han roto los altos al fuego, se han seguido dando andanadas de cohetes hacia territorio israelí, esto no se ha detenido. El tema se ha extendido más de la cuenta, pero las operaciones siguen todavía vigentes a hoy”, dijo el experto.

El experto agregó que, durante los próximos días, lo más probable es que Israel siga desmantelando “todo lo que pueda” de los túneles que Hamás ha construido e intentará rescatar a más rehenes.

Acuña también ve posible que “los bombardeos disminuyan”, pero manteniendo la parte militar terrestre: “Van a haber picos en los que va a haber muchísima violencia”.

Asimismo, el especialista indicó que, probablemente, el conflicto se extienda durante algunos meses más, quizás con algunas pausas humanitarias, pero en una dinámica de recrudecimiento-calma relativa-recrudecimiento.

“En definitiva, acá el daño hacia civiles de un lado y del otro es una cuestión que, indudablemente, cada vez que ocurre una escalada como esta, pues tenemos que lamentarnos”, concluyó el analista internacional.

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