Internacional

Ejército mexicano no hizo nada para impedir desaparición de 43 estudiantes en Iguala

Dos militares hicieron las explosivas revelaciones sobre lo ocurrido en esta empobrecida zona de Guerrero hace un año. El diario El País de España reveló detalles de las declaraciones.

Por Agencias internacionales |21 de septiembre de 2015, 12:30 PM

El País de España tuvo acceso a las declaraciones del teniente Joel Gálvez y del soldado Eduardo Mota a la Procuraduría General de la República de México sobre los hechos del pasado 26 de setiembre, cuando cerca de la ciudad de Iguala la Policía Municipal apresara a un grupo de estudiantes, 43 de los cuales desaparecieron y seis más fallecieron.

Este lunes un grupo de estudiantes causó destrozos este lunes en las instalaciones de la fiscalía de Guerrero, sur de México, a pocos días del primer aniversario de la desaparición de los 43.

"Las protestas de hoy son para demandar la presentación de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos el 26 de septiembre porque el gobierno no ha resuelto esta, que es la principal demanda del movimiento", dijo a la prensa Vidulfo Rosales Sierra, abogado de familiares de los jóvenes.

Las declaraciones recogidas este lunes por el diario español indican “cómo el 27 Batallón de Infantería, destacado en Iguala, y su cuartel general, en Chilpancingo, recibieron información de primera mano de la vorágine. Pese a ello, el Ejército mantuvo la distancia y dejó que la Policía Municipal, un apéndice del narco, apresase a los jóvenes”.

"No te acerques mucho ni te arriesgues", llegó a decirle un oficial de inteligencia a un agente en uno de los ataques.

Los familiares de los 43 jóvenes y sus simpatizantes han anunciado que intensificarán sus movilizaciones esta semana.

Según lo publicado por El País en aquella fecha “el teniente Gálvez, según su relato, recibió al menos nueve llamadas. En la primera, el oficial ordenó al soldado Mota, encargado de comunicaciones y encriptación, acudir a uno de los focos de tensión, a pocos metros de la central de autobús. Allí la Policía Municipal rodeaba un transporte repleto de normalistas e intentaba someterlos mediante gases lacrimógenos y amenazas”.

“‘¡Si no bajan, les irá peor!’, les gritaban. Los que se rendían quedaban tendidos boca abajo. Era su sentencia de muerte. Este contingente de detenidos acabaría siendo entregado a los sicarios”, explica el fuerte relato del medio español.

A un año de los hechos la claridad no ha iluminado lo que sucedió aquella noche.

La agencia AFP anota que un grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha presentado un informe que desmorona la versión oficial, diciendo que no hay evidencia científica de que fueran incinerados en el basurero.

En medio de una investigación que no parece llegar a puerto los familiares de los desaparecidos siguen en pie de guerra.

El miércoles, se espera que los padres inicien una huelga de hambre de 48 horas en el centro de Ciudad de México y, el sábado, encabezarán una gran movilización coincidiendo con el aniversario de los hechos.