Por AFP Agencia |24 de enero de 2017, 6:48 AM

Al menos 34 personas murieron en Brasil de fiebre amarilla en menos de dos meses, informó este martes el Ministerio de Salud, un fuerte repunte en relación a los últimos años que preocupa a las autoridades.

Los fallecimientos se produjeron en áreas campestres de la región sudeste entre el 1 de diciembre y el 23 de enero, precisó el Ministerio, que busca determinar las causas y la dimensión del brote de esta enfermedad que no se detecta en áreas urbanas desde 1942.

En dicho período se registraron 421 casos sospechosos (63 confirmados), en Minas Gerais, Espírito Santo, Sao Paulo (sudeste), Bahía (noreste) y en el Distrito Federal (centro). 

De las 34 muertes confirmadas, 31 ocurrieron en Minas Gerais y tres en Sao Paulo.

En Minas Gerais, estado con 21 millones de habitantes, otras 52 fallecimientos están bajo investigación. 

En 2016, el país registró apenas siete casos de fiebre amarilla, de los cuales cinco resultaron en muerte, precisó el último boletín oficial. En 2015 contabilizó nueve, también con cinco muertos. 

Hasta el momento, todos los casos notificados son de fiebre amarilla silvestre, que circula en áreas campestres y es transmitida de los monos -huéspedes del virus- a los humanos a través de mosquitos que habitan estas regiones (Haemagogus y Sabethes). 

Si bien se trata del mismo virus, la fiebre amarilla urbana es transmitida de humano a humano por el Aedes Aegypti, también vector del dengue, el zika y el chikungunya. 

A diferencia de la prevención de dichos virus -limitada al combate del mosquito vector-, contra la fiebre amarilla existe desde hace décadas una vacuna altamente efectiva y disponible en el sistema público de salud brasileño para los niños a partir de nueve meses. 

El gobierno informó que ha reforzado el envío de dosis a los estados afectados por el brote.

La fiebre amarilla genera temperaturas altas, escalofríos, cansancio, dolor de cabeza y muscular y suele estar acompañada de náuseas y vómitos.

La mayoría de los pacientes mejora después de estos síntomas iniciales, pero un 15% desarrolla una infección aguda con insuficiencia renal y hepática, ictericia -ojos y piel amarillentos- y hemorragias. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 50% de estos pacientes con infección aguda muere al cabo de una semana o diez días. 

Brasil se repone aún de la epidemia del virus Zika, que empezó a inicios de 2015 en el nordeste y se extendió a lo largo del país causando un brote inusual de nacimientos de bebés con microcefalia.