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Ante ocaso de su padre, hija de Berlusconi se perfila como nueva líder

Aunque prometió seguir luchando, la condena de Silvio Berlusconi por fraude fiscal alimentó la especulación de que su hija mayor, Marina, que encabeza su imperio empresarial de 6.600 millones de dólares...

7 de agosto de 2013, 8:48 AM

Aunque prometió seguir luchando, la condena de Silvio Berlusconi por fraude fiscal alimentó la especulación de que su hija mayor, Marina, que encabeza su imperio empresarial de 6.600 millones de dólares, pueda sucederlo como líder de la centroderecha en Italia.

Los incondicionales de su partido Pueblo de la Libertad (PDL) insisten en que Berlusconi, de 76 años, sigue firme al timón y mantendrá su liderazgo de 20 años de la centroderecha.

Pero el fracaso del magnate de los medios en esquivar su condena la semana pasada significa que enfrenta un año de arresto domiciliario o de servicios comunitarios.

Es muy probable también que salga del Senado en otoño y que no pueda postularse más.
Eso dio cuerpo a la idea de que Marina, que cumple 47 años el sábado, se convierta por lo menos en la cara visible del PDL, aunque ella ha manifestado su rechazo a entrar en la política.

En ese escenario, Berlusconi seguiría teniendo una gran influencia como fundador del partido pero su hija jugaría el papel público y de campañas. Esa especulación es alentada por el hecho de que el PDL existe sólo gracias a Berlusconi y depende totalmente de su riqueza y liderazgo.

"Preferiría que Berlusconi intente otro asalto. Dicho esto, estoy absolutamente a favor de Marina", dijo Daniela Santanche, una de las devotas seguidoras de Berlusconi, a un programa de televisión.

Un artículo de portada el fin de semana en el diario de la familia, il Giornale, dijo: "Cada día le piden que entre en la política. Ella dice que no. Quizás es porque sabe cómo elegir el momento adecuado".

LA MUJER MAS PODEROSA
Una de las mujeres más poderosas del mundo según la revista Forbes, Marina Berlusconi encabeza Fininvest, el holding que controla Mediaset, la editorial Mondadori y el club de fútbol AC Milan. También tiene una gran participación en el gestor de activos Mediolanum.

Quienes trabajan con ella la describen como una jefa dura y exigente. Fedele Confalonieri, un amigo de su padre y presidente de Mediaset, comparó una vez su dureza en los negocios con la de un "martillo neumático".

Pero algunas veteranas figuras del partido, entre ellas el jefe del grupo en la Cámara de los Diputados, Renato Brunetta, se oponen a la idea de una dinastía en la política italiana.
Berlusconi, cuatro veces primer ministro, catapultó a su hija hacia la vida empresarial poco después de cumplir los veinte años.

"Silvio la puso a trabajar cuando no era más que una niña", dijo Vittorio Giovanelli, ex director de Retequattro, una red de televisión de Berlusconi, en un libro publicado en el 2003. Su padre, explicó, comenzó a llevarla a las reuniones de negocios en 1985. "Ella escuchaba y tomaba notas durante horas, nunca paraba".

Marina, madre de dos hijos y casada con un ex bailarín de La Scala, se convirtió en vicepresidenta de Fininvest en 1996 y en el 2005 llegó a la presidencia. Bajo su jefatura, Mediaset y Mondadori, dos de las empresas más importantes del grupo, han atravesado tiempos difíciles.

Ambas enfrentan dificultades para adaptarse a los cambios tecnológicos que amenazan al sector de los medios y agravan el daño causado por la recesión, que secó el mercado publicitario.

Mediaset se vio forzada a reducir costos tras su primera pérdida anual en 2012 y Mondadori reorganizó su directiva en febrero.

Pese a que ella se distancia repetidamente de la idea, el nombre de Marina suena habitualmente como una posible sucesora desde la salida de su padre del poder en 2011.

"Nunca he siquiera pensado en entrar en la política, no es mi papel", dijo Marina en una de sus pocas entrevistas en 2011.

Los encuestadores dicen que aunque no tiene experiencia, los seguidores del partido la recibirían bien y ella podría explotar su imagen de mujer de negocios exitosa.

Pero las excepcionales habilidades políticas y comunicativas de su padre serían difíciles de igualar.

"En teoría la mayoría de la base electoral del PDL estaría a favor de que Marina entre en política", dijo Renato Mannheimer, del instituto de encuestas ISPO, a Reuters. "Pero está por ver si es capaz de conectar con la gente como lo hace su padre".