Por Teletica.com Redacción |11 de enero de 2023, 19:20 PM

Por Andrés Aguilar de 'House of C'.

De primera entrada, sabemos que Batman es el superhéroe más famoso y popular que hay, es también el que más cómics a su alrededor tiene, con una realidad muy bien edificada y estructurada, un amplio y variado folclor, leyendas y mitos que son los que hacen que sea tan fácil sentirse atraído y hasta identificado con el hombre murciélago y sus compañeros de equipo, así como también con su amplio repertorio de villanos.

Todo lo construido alrededor de Batman ha contribuido a que dejara de ser un personaje ficticio: lo fue, pero actualmente ya no es así. Batman y su universo son muy reales, más allá de lo que creemos, y uno de sus fundamentos más fuertes es la psicología envuelta en el universo del personaje. ¿Acaso es coincidencia que todos los villanos de Batman vayan a dar a un asilo psiquiátrico? ¿Son los traumas de Batman y sus aliados ajenos a los nuestros?

Partamos desde el trauma inicial del protagonista. Hay que definir a cuál Batman vamos a comentar, ya que hay tantos como historias, más que todo a su presentación e interpretación en otros medios, principalmente, la televisión y la pantalla grande. Sin embargo, nos enfocaremos en el Batman de los cómics. Entre los cómics hay varias interpretaciones, desde Frank Millers hasta Scott Snyder, las tomas sobre los traumas de Batman son tan variadas como las cartas de un naipe, pero siempre hay un trauma en común.

Su historia de origen, un niño que observa cómo su madre y padre son asesinados frente a sus ojos en un concreto frío y desalentador en un callejón oscuro y sucio. Luego de la muerte de sus progenitores, días después, al pie de su cama, el menor arrodillado en posición de rezar, jura por sus espíritus que pasará el resto de su vida castigando a todo aquel que haga daño de forma criminal: en ese momento abandona su niñez y se compromete a honrar a sus papás, evitando que esto le suceda a otras personas, incluso si esto requiere caminar por el mismo infierno, todo con tal de hacer pagar y atrapar a todo aquella mala persona. Es algo en lo que todos pueden identificarse, un motivo lo suficientemente poderoso para cementar una convicción y creer en alguien que se coloca una máscara en forma de murciélago.

Batman

El trauma envuelve dos puntos: la experiencia actual, o la amenaza de una muerte o una lesión seria hacia uno u otros, y reaccionar a este horrible evento con un intenso miedo, desesperanza y horror.

Los tres superhéroes de cómics más famosos, Superman, Batman y Spider-Man, son todos huérfanos y en sus orígenes hay momentos centrados en las pérdidas de sus figuras maternas y paternas. Es aquí donde hay un punto de inflexión muy importante que explica una de las mayores diferencias entre Batman y Superman, entre el día y la noche.

A diferencia de Bruce Wayne y Peter Parker, Kal-El no se traumatiza con la muerte de sus padres, al momento de la catástrofe es un bebé que viaja por el espacio sin noción de lo sucedido, es criado por una familia amorosa y hasta su adultez joven entra en conocimiento de su pasado e historia y la afronta como tal, como una historia. Esto hace que Superman no padezca de la culpa del sobreviviente que sí afronta Bruce y que atormenta a Peter toda su vida, la culpa de estar vivo cuando otros no, y sentir culpa por haber querido ir al teatro, ver una película o haber dejado escapar al ladrón; y saber que sus deseos y acciones fueron responsables de lo acontecido luego, incluyendo la pérdida de sus familiares.

Superman se siente agradecido, se siente bendecido, un niño que creció con amor, cuando Bruce se siente culpable, responsable, sacrificando su vida, su niñez, creciendo sin el amor de un padre o una madre para poder honrar el recuerdo de estos el resto de su vida. El día y la noche, Superman y Batman.

¿Qué motiva al niño millonario, sin poder alguno, a convertirse en alguien que lucha contra el crimen y a tomar la responsabilidad de proteger a los demás?

Los investigadores concuerdan que la pérdida de uno o ambos padres, cuando se tiene una consciencia profunda y se está al tanto, es por sí solo el evento más estresante que un menor puede afrontar. El ser niño y perder los padres reescribe el mundo para esa persona, si se tuvo una figura amorosa, ahora la vida está ausente de este amor, y si no se tenía, se pasa el resto de la vida deseando ese afecto y aprobación que no se podrá obtener.

Batman

Los niños no pasan por las etapas usuales del duelo que se conocen, como la negación, enojo, negociación, depresión y aceptación. El proceso de duelo de ellos puede verse incompleto, por ejemplo, un niño en duelo puede perder su autoconcepto debido a que su identidad se forma mucho por el modelo de sus padres, puede presentar conflicto de roles al tener que asumir roles familiares en un esfuerzo de sustituir al padre o madre que ya no está, preservar la memoria del familiar fallecido afecta, sin duda alguna, el proceso de crecimiento y el menor puede interpretar la muerte como abandono o castigo sobrenatural por los errores propios.

La pérdida de una madre o padre durante la niñez lleva a picos en el duelo con los años luego de la pérdida, ya que el individuo siente la ausencia más marcada cuando sus amigos pueden compartir aún con sus familias. En el caso de Bruce, él evita algunas de estas experiencias separándose de sus amigos y crea metas únicas para sí mismo y mientras sus amigos de la niñez están terminando la escuela, el joven se encuentra entrenando artes marciales al otro lado del mundo. Nunca pasa por las etapas del duelo, nunca niega lo sucedido e, inmediatamente, lo asume y nunca pasa por la depresión.

Sí se enoja y sí acepta su nueva realidad, pero la única negociación que hace es jurar mantenerse enojado para honrarlos, no para pedir por su retorno imposible.


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