La entrevista que molestó al escritor Paulo Coelho, tanto que pidió a la periodista borrarla

Paulo Coelho es sinónimo de éxito: ha vendido más de 225 millones de libros, ha vendido derechos para que sus obras sean usadas en diferentes puestas en escena y vive en una mansión a la orilla de un lago en Suiza, al lado de su esposa Christina Oiticica.

El brasileño está por sacar al mercado Hippie, su más reciente obra literaria en la que cuenta sus experencias durante los 70 y la icónica ruta entre Ámsterdam y Katmandú que marcó a este movimiento contracultural.

Fue así como concedió una entrevista con la periodista Virginia Drake del suplemento dominical El Semanal del diario español ABC.

Sin embargo, la conversación se salió de control por un instante cuando ella le cuestionó sobre su estilo de vida ahora y aquel de hace más de 40 años.

Virginia Drake: "Su nombre es una multinacional, tiene su propia agencia literaria, más 1.300 contratos en vigor, ha vendido más de 225 millones de libros, ha sido imagen publicitaria de una conocida marca de carros, de una pluma estilográfica…"

Paulo Coelho: "¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Mira, ser rico no es una cuestión de dinero, no tiene nada que ver."

Virginia Drake: "Hombre, seguramente sí".

Paulo Coelho: "¡Déjame hablar! Me interrumpes todo el rato y no me dejas que me explique. El dinero en mi caso es una abstracción. 

"Cuando gané mis primeros 100.000 dólares, yo me creía riquísimo y después… ya no puedes calcular, no puedes contar, son impulsos eléctricos. ¡Pero no viene al caso! Yo conozco gente que es muy pobre porque la única cosa que tiene es dinero".

Luego, Coelho se enojó y negó ser ahora un hippie:  "Además, no te puedo explicar mi pensamiento porque a cada momento me interrumpes. Borra todo y empezamos de nuevo", le pidió a la periodista.

Posteriormente se puso de pie, caminó de un lado a otro y le solicitó a la comunicadora "volver a comenzar". Al final la entrevista bajó su tono y terminó más calmada.

En la conversación el brasileño asegura que la sociedad se ha vuelto más intolerante. "Creo que el mundo va hacia un fundamentalismo terrible. Antes éramos libres y ahora todo está prohibido y obligado. 

"Incluso espiritualmente cada uno cree en su dios y no acepta el de los otros, sin darse cuenta de que todo va hacia la misma luz", acotó.