Por Teletica.com Redacción |31 de agosto de 2014, 10:23 AM

Las políticas de la red social Instagram contra los desnudos han causado cierto rechazo entre usuarios y personalidades del entretenimiento y, para algunas de ellas, el mejor método de protesta fue mostrarse con muy pocas prendas.

Varias famosas han puesto a prueba la prohibición de esta plataforma de mostrar cuerpos sin ropa, y en algunos casos el resultado ha sido el previsto: sus cuentas han sido cerradas hasta que el contenido fuera eliminado.

Sin embargo, otras han logrado salirse con la suya, por lo menos hasta el momento. Ese es el caso de Cara Delevingne. La bella modelo emprendió una campaña de repudio contra Instagram y su fobia a lo que El País llama “esa sonrosada protuberancia de la anatomía femenina”: el pezón.

Y es que parece ser que a los administradores de la red social no les importa ver a mujeres en imágenes o actitudes denigrantes, siempre y cuando no muestren por completo sus pechos.

Delevingne se ha aprovechado de eso, y fue la última personalidad que desafió la política anti-pezones. Con dos focos en sus pechos y una señal de prohibido pasar en su zona genital, la inglesa protestó y consiguió que Instagram no bloqueara su cuenta.

Distinta suerte tuvo Scout Willis, la hija de Bruce Willis y Demi Moore, cuando arrancó la campaña #FreeTheNipple (Liberen al pezón). Ella fue más allá y mostró sin mayor reparo sus senos mientras caminaba por Nueva York y compraba flores en esa ciudad.

“Legal en Nueva York pero no en Instagram”, publicó la joven al lado de una fotografía que no dejaba a la imaginación la forma de sus pezones y su figura semidesnuda. La consecuencia fue la censura.

La molestia de muchas reconocidas figuras femeninas ha llegado a tal punto que algunas como Rihanna simplemente decidieron abandonar la red social. Sin embargo, la lucha de otras no se detiene.

La australiana Caitlin Stasey se ha unido a la causa. Esta hermosa actriz decidió publicar una imagen cargada de sensualidad y buen gusto, pero mostró sus senos. De nuevo, la fotografía fue censurada.

En su defensa, el cofundador de Instagram, Kevin Systrom, dijo que “nos esforzamos por encontrar un equilibrio entre que la gente se exprese creativamente y que la aplicación sea un lugar divertido y seguro”.