Por Deutsche Welle |18 de septiembre de 2020, 10:22 AM

Las condiciones para enviar una Misión de Observación Electoral a Venezuela no están dadas. Este es el resultado de las conversaciones mantenidas ayer entre Josep Borrell, el Alto Representantes para la Política Exterior de la Unión Europea; y los ministros de los países del Grupo Internacional de Contacto (ICG).

En realidad, se esperaba que, a cambio de que el gobierno de Nicolás Maduro accediera a postergar los comicios del 6 de diciembre, se abriera la puerta al envío de una misión de observación electoral a los comicios convocados por Nicolás Maduro, en caso de que se cumplieran unaS "condiciones mínimas”. Al parecer no será así. No obstante, la declaración no cierra del todo la puerta. Las condiciones no se cumplen "por el momento”; consta en la declaración. Aprovechando este resquicio, Caracas reitera la invitación -buscando legitimidad internacional para la convocatoria-, se niega a postergarlas pero habla de una "comisión en privado”.

Cabe recordar que, alternativamente a las amplias misiones electorales de la UE -que pasan cerca de 90 días en los países en proceso electoral y despliegan un centenar de observadores por el país- existen las "misiones de expertos electorales”, conformadas por unos cinco especialistas que analizan el proceso electoral y emiten recomendaciones de acuerdo a los estándares internacionales.

De haber padrones electorales claros, liberación de presos políticos, cronograma diáfano, reconstitución del Consejo Nacional Electoral, la UE habría estado dispuesta a aportar para reabrir el camino hacia el restablecimiento democrático del país. El resquebrajamiento de la negativa a participar del bloque opositor -con candidatos que sí aceptan presentarse- parecía abrir la posibilidad de una mínima legitimidad para esas elecciones.

Por otro lado, del ICG -al que acaba de entrar Argentina, del que Bolivia está por salir y que conforman también Ecuador, Panamá, Uruguay, Francia, Alemania, Italia, Holanda, España, Suecia y Reino Unido- se esperaba un espaldarazo a la política liderada por Bruselas en busca de la salida pacífica a la crisis venezolana.

¿Hacia adelante?

En Bruselas se vio como pasos en la dirección correcta tanto la liberación de poco más de cien presos políticos, a finales de agosto, como el acuerdo para los puentes humanitarios con Venezuela.

"Que no se engañen, es solo medio paso adelante. Hay más de 300 presos políticos en este momento en Venezuela, hay más de 200 militares presos por razones políticas”, dice a DW Leopoldo López Gil, eurodiputado por España, de origen venezolano, y miembro de la bancada conservadora de la Eurocámara. López Gil descarta totalmente la participación electoral del partido Voluntad Popular, que lidera su hijo, refugiado en la embajada española. "Una verdadera misión de observación debería ser enviada a las cárceles del país, para verificar el cumplimiento de los derechos humanos”, denuncia.

Pocas horas antes del encuentro, el devastador informe de Naciones Unidas habla, en 440 páginas, de crímenes de lesa humanidad, permitidos por Maduro y dos de sus ministros.

¿Va a pesar esto en lo que decida la UE, respaldada por el ICG, sobre el envío de cualquier tipo de observación electoral? "En caso de que finalmente llegasen a un acuerdo para enviar la misión de observación electoral pesará en cuanto a una mayor exigencia en las condiciones”, dice a DW Anna Ayuso, investigadora senior del think tank europeo CIDOB.

Con todo, con una oposición dividida, el régimen de Caracas seguiría teniendo la sartén por el mango. En caso de que no hubiese observación electoral europea y solo una parte de la oposición participase en la convocatoria, la historia se repetiría. "Creo que en realidad la decisión de no permitir unas elecciones realmente limpias por parte del régimen ya está tomada”, subraya Ayuso, politóloga especialista en América Latina y en asuntos europeos.

¿No dialogar?

A la reunión entre el jefe de la diplomacia europea y el ICG le precedieron contactos regulares con diferentes actores, tanto opositores como gubernamentales. En el visor: unas elecciones libres, inclusivas y transparentes.

"He enviado una carta solicitando al Alto Representante Borrell que no se envíe una Misión de Observación Electoral. Hacerlo significaría que estamos reconociendo este sufragio como una posibilidad de expresión del pueblo. Pero no se puede observar un hecho ilícito”, insiste López Gil. En su opinión, con la que coincide una parte de la oposición venezolana, la UE solo debería apoyar unos comicios en los que no participase un Maduro acusado de crímenes de lesa humanidad.

A pesar de todo, la otra parte de la oposición insiste en que Bruselas debe acompañar el proceso. "Lo entiendo como un intento de buscar un resquicio dada la situación de estancamiento”, comenta Ayuso. La analista no ve con demasiado optimismo que, verdaderamente, se encuentre el camino hacia una solución negociada que evite la perpetuación en el poder del Nicolás Maduro.

Como fuere, "más que nunca Venezuela necesita el apoyo de la comunidad internacional”, dice el comunicado del ICG, afirmando que su contacto con los actores nacionales, de todos los bandos, va a continuar.