Por Deutsche Welle |19 de febrero de 2021, 8:44 AM

Hasta principios de la pasada década, la rivalidad más intensa en el fútbol alemán era la que existía entre Schalke 04 y Borussia Dortmund. Ambos clubes radican en la Cuenca del Ruhr, zona que aún es el centro nervioso del fútbol alemán por la cantidad de equipos que ahí tienen su sede. Y también por la aguerrida afición de una zona minera e industrial que da a sus hinchas un corazón tan ardiente como el carbón.

La rivalidad entre Schalke y Dortmund es alimentada por la cercanía entre Gelsenkirchen (sede del Schalke) y Dortmund: tan solo 35 kilómetros separan a una de la otra. Comenzó a crecer en la Gauliga, alrededor de 1936, aunque en ese entonces el dominio del Schalke sobre su eterno rival era abrumador. Los mineros ganaron 14 de sus 16 partidos de aquella época contra el Dortmund.

El encendido enfrentamiento se trasladó décadas más tarde a la Bundesliga. Schalke y Dortmund son clubes fundadores, y chocaron por primera vez en este circuito el 7 de septiembre de 1963, en Gelsenkichen, ante 36.000 hinchas. Schalke ganó ese encuentro 3 goles contra uno.

El clásico joven

Con la llegada de Jürgen Klopp y la "final alemana” de la Champions League en 2012, la categoría de clásico se fue difuminando para los partidos entre Schalke y Dortmund y, por el contrario, los encuentros entre Borussia Dortmund y Bayern Múnich fueron promocionados como el nuevo clásico (#DerKlassiker) del fútbol alemán.

Esto no le quita a los enfrentamientos entre el Schalke y el Dortmund su caracter histórico inigualable. Desde 1963, Schalke y Dortmund se han enfrentado en 97 ocasiones en la Bundesliga. Schalke ha ganado 32 de esos clásicos, mientras que Dortmund ha salido triunfador en 35. Treinta clásicos han resultado en empate.

¿El fin de un clásico?

A partir del sábado, esta historia podría entrar en un paréntesis, que podría ser largo. Schalke llega al encuentro en el fondo de la tabla. Lo peor de todo es que, debido a la situación del club, el descenso parece irremediable.

Es cierto que aun con Schalke en segunda, los mineros y el Dortmund podrían reencontrarse de nuevo en la Copa Alemana. Pero no se sabe cuándo.

Schalke ha descendido tres veces en su historia. En las primeras dos, regresó inmediatamente a la primera división. Pero en la última, en el torneo 1987/1988, tardó tres años en salir del purgatorio. Clubes alemanes de gran tradición como el Bochum, Hannover, Hamburgo o Núremberg, descendieron dese hace años y no han podido lograr el regreso al máximo circuito. Sobre todo, la desoladora situación del Schalke no deja lugar a grandes esperanzas, ni en primera, ni en segunda división.

El valor de la esperanza

En el fútbol y en la vida, dicen que la esperanza es lo último que muere. Pero para Schalke, el rayo parece más bien agonía. El club marcha a cinco puntos de su más cercano rival, Mainz, y a nueve larguísimos del sitio de repechaje.

Con 12 fechas por jugarse, las posibilidades de evitar el cuarto descenso de su historia no son muchas. Y aunque están en juego el orgullo y la estirpe de un clásico histórico, la prioridad está en la sobrevivencia.

En la jornada 22, sacar un buen resultado será tarea difícil para Schalke. Los mineros llegan con signos vitales de gran debilidad como club. Al contrario, Dortmund saltará a la cancha motivado por la gala y el triunfo ante el Sevilla, en la Champions League, y con un Erling Haaland que sigue deslumbrando al mundo. La probabilidad indica que Schalke se seguirá hundiendo.

Por todo lo anterior, el partido 99 entre Schalke y Dortmund en la Bundesliga podría tardar años en ocurrir. El clásico histórico del fútbol alemán parece encaminarse a una larga hibernación, y posiblemente, a su fin definitivo.