Salvando los manglares de Bombay, barreras de protección natural contra las inundaciones
Los jóvenes de Bombay están tomando medidas para proteger los desaparecidos manglares de la ciudad. Los árboles son una barrera de protección natural contra las mareas crecientes en la costa de India.
Cuervos picoteando entre los escombros arrastrados por el agua en la costa de Bombay. Es un día de mucho bochorno. A través de una niebla espesa, se pueden ver los contornos de los edificios grises al otro lado de la bahía. En esta parte del bosque de manglares, salpicado de charcos de agua sucia y desechos plásticos, el suelo es estéril.
"Hay tanta suciedad”, señala Kajal Jadhab, una estudiante de 19 años, mientras mira la basura que la rodea.
Escenas como esta son habituales a lo largo de la costa de Bombay. Anteriormente era una zona de manglares, árboles costeros que actúan como una defensa natural contra las inundaciones, así como un sistema de almacenamiento de carbono. Pero con el tiempo gran parte de los bosques han ido desapareciendo por la expansión de urbanizaciones y desechos.
Bombay, la segunda ciudad más grande de India, ha perdido cerca del 40 por ciento de sus manglares en las últimas décadas. Lo que queda son áreas desoladas como esta, instantáneas de la difícil relación del país con su entorno.
Pero hay señales de cambio. Jadhab es voluntaria de Mission Mangroves, un proyecto dirigido por la ONG United Way Mumbai.
Cada mes, voluntarios en grupos de 20 participan en campañas de limpieza en los humedales de Bombay, y dos veces por semana Mission Mangroves organiza sesiones de plantación para restaurar estos bosques. En poco más de un año han plantado 55.000 árboles. El objetivo es llegar a los 100.000.
"Queremos recuperar ocho hectáreas de humedal plantando mangles (árboles que forman los manglares) y educando a miles de personas de Bombay sobre la importancia de estos ecosistemas”, dice Ajay Govale, director de impacto comunitario de United Way Mumbai.
Sensibilización
El aire está cargado bajo el sol de media mañana, pero los voluntarios, en su mayoría estudiantes adolescentes, se ponen manos a la obra. Llenan decenas de bolsas de basura con todo tipo de residuos: jeringas, mochilas, zapatos e incluso un casco de motocicleta.
Es la primera vez que Jadhab participa como voluntaria. "Quiero entender cómo puedo ayudarme a mí misma y a otras personas a limpiar el mar. No mucha gente es consciente del problema, así que tenemos que entender la importancia de estos ecosistemas para nuestra subsistencia”.
"No queremos contaminación en nuestra ciudad ni en India, y pequeñas acciones como esta ayudan”, dice Shweta Waghe, también estudiante y participante por primera vez.
Las bolsas, embalajes y botellas de plástico desechadas son un espectáculo común en las playas y calles de Bombay. De hecho, India se encuentra entre los peores países en cuanto a la mala gestión de los residuos plásticos. Gran parte de estos desechos terminan en los humedales, contaminando, obstruyendo y ahogando las raíces de los manglares, que rodean la ciudad isla.
"Las mayores amenazas para los manglares son el desarrollo urbano y la eliminación de desechos. Muchos de estos residuos no se descomponen en cientos de años, y algunos de ellos nunca se descompondrán", afirma Govale.
Manglares mágicos
Esta imagen se repite en muchos lugares de la tierra. Entre el 30 y el 50 por ciento de todos los manglares del mundo se han perdido en el último medio siglo debido a la agricultura, la acuicultura, el desarrollo de infraestructuras y los desechos, con efectos en cadena para el ser humano.
"Los manglares son los héroes desconocidos del hábitat costero”, afirma Jock Mackenzie, director del grupo de investigación MangroveWatch. "Los manglares proporcionan múltiples servicios medioambientales que apoyan, protegen y mejoran las economías y los medios de vida de las comunidades costeras”, añade.
Por ejemplo, Bombay se encuentra entre las ciudades más afectadas por la contaminación atmosférica. Ocupando el puesto 71 entre las más contaminadas en una lista de más de 3.000 ciudades con datos disponibles sobre la calidad del aire. La ciudad carece de espacios verdes, como bosques de manglares, para filtrar los contaminantes del aire. Los manglares pueden absorber hasta cuatro veces más carbono que otros bosques tropicales.
La pérdida de manglares también se traduce en pérdida de alimento, refugio y zonas de reproducción para una gran variedad de vida silvestre, desde diferentes especies de cangrejos hasta berberechos y gambas, lo que a su vez afecta a las comunidades pesqueras locales, que dependen de los animales marinos para su alimentación y sustento.
Con su desaparición como defensa natural contra las inundaciones y la erosión, las comunidades costeras como Bombay también son más vulnerables a los efectos del cambio climático debido al aumento del nivel del mar y a fenómenos meteorológicos extremos.
Las consecuencias de la pérdida de casi 40 kilómetros cuadrados de manglares en la década de 1990 se hicieron evidentes por primera vez tras las desastrosas inundaciones de 2005, que causaron la muerte de más de 1.000 personas en la ciudad.
"Esto fue lo que nos abrió los ojos después de las inundaciones de 2005. Anteriormente, los manglares se consideraban arbustos salvajes sin valor ambiental y con las inundaciones que nos golpearon nos dimos cuenta de que forman un cinturón que protege la ciudad isla y mantiene el equilibrio entre la tierra y el mar”, explica Govale.
Protección de manglares
Después de las inundaciones, Bombay tomó medidas para proteger los manglares. El gobierno local formó una "unidad de manglares” en el departamento forestal, encargada de patrullar el terreno y de disuadir a la gente de arrojar desechos en los humedales. Los bosques de manglares sobrantes están ahora también protegidos de los proyectos urbanísticos, una amenaza constante en esta ciudad en rápido crecimiento y densamente poblada.
La presencia de guardabosques ha frenado definitivamente la construcción ilegal y el vertido de residuos, según Govale. El mes pasado los guardabosques atraparon a un obrero de la construcción arrojando 10 toneladas de escombros, un crimen que ahora se castiga con una gran multa o incluso la prisión.
Sin embargo, a pesar de las patrullas y la amenaza de multas, la basura sigue llegando a las playas. Eso es algo que Mission Mangroves quiere cambiar con sus campañas de limpieza y ayudando a la gente a entender la conexión entre la salud de los bosques y la contaminación urbana.
"Gran parte de la basura regresa a la costa”, dice Govale. "Sabemos que no es un impacto duradero, pero el impacto duradero es lo que los voluntarios se llevan a casa con ellos”, explica.
La voluntaria Asmita Mestra ha entendido el mensaje y la urgencia del problema. La joven de 19 años cree que las generaciones más jóvenes serán las que se enfrentarán al impacto ambiental de la pérdida de manglares en los años venideros.
"Los jóvenes serán los más afectados por esta contaminación y la pérdida de manglares, por lo que tenemos que tomar medidas”, dice Mestra. "Esta es nuestra naturaleza, la que nos protege, así que nosotros también debemos protegerla”, concluye.
Autor: Naomi Larsson (Bombay) (ar/er)
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