Por Deutsche Welle 23 de diciembre de 2025, 15:40 PM

El despliegue militar deEstados Unidos en el Caribe podrían causar nuevas inquietudes a Venezuela: los buques de guerra no solo tienen en la mira a supuestas embarcaciones de drogas, sino desde diciembre de 2025 también a los buques petroleros. Los expertos difieren sobre el papel que juega Venezuela dentro del narcotráfico, pero existe consenso sobre lo fundamental que son las exportaciones de petróleo para el país sudamericano. A pesar de tener una industria deteriorada, Venezuela se sienta sobre las mayores reservas petroleras conocidas del mundo. En total, yacen en Venezuela más de 300 mil millones de barriles.

Los recursos naturales parecen estar presentes en todos los cálculos estratégicos del presidente estadounidense Donald Trump, afín a los intereses petroleros. A la vez, funcionan como el aceite que mantiene activa la maquinaria de la política exterior del líder venezolano, Nicolás Maduro. Pero solo con el petróleo no se puede explicar el conflicto agravado en Venezuela; aquí intervienen muchos factores. Además de EE. UU., también las otras dos grandes potencias, China y Rusia, persiguen sus propios intereses en Venezuela.

¿Qué objetivos geopolíticos tiene China en Venezuela?

El petróleo venezolano representaba solo el cuatro por ciento de las importaciones de petróleo de China hasta hace poco, pero la tendencia va en aumento: la agencia de noticias Reuters citó a dos analistas de mercado que estiman que en diciembre se esperan nuevos máximos diarios. Según este cálculo, China estaría importando más de 600.000 barriles al día desde Venezuela, es decir, la mayor parte de la producción diaria venezolana. Como fuente de petróleo, Venezuela es importante para China sobre todo para fortalecer su independencia energética en la disputa global por los recursos. Esto funciona especialmente bien con el tipo de crudo pesado venezolano llamado Merey 16, que tiene una alta demanda por parte de refinerías en Asia a pesar de estar sancionado.

El dinero chino que fluye hacia Venezuela, también lo hace en forma de créditos. La deuda de Caracas con Pekín oscila entre 60 y 70 mil millones de dólares según distintas estimaciones.

Venezuela también es un mercado para la tecnología china: muchos equipos militares provienen de China, y además la infraestructura de telecomunicaciones se basa en gran medida en componentes chinos. En septiembre, Maduro presentó en una conferencia de prensa en Caracas un nuevo teléfono de la marca Huawei. El "mejor teléfono del mundo” se lo habría regalado personalmente el presidente chino Xi Jinping , "con este teléfono no te lo pueden intervenir los gringos, ni aviones espía, ni satélites” detalló Maduro.

El socialismo autoritario-nacionalista de Venezuela es compatible con la ideología estatal china. Al condenar verbalmente acciones como la reciente confiscación de petroleros, Pekín puede presentarse como aliado. Todo esto también sirve al propósito de mantener a Estados Unidos ocupado en su propio patio trasero.

Desde hace una década, varios presidentes estadounidenses han puesto más atención en la región Indopacífica, donde Pekín también busca una posición dominante y reclama con creciente agresividad a Taiwán. Por eso, es posible que a China le interese más que EE. UU. se ocupe de la situación en Venezuela o Cuba.

¿Qué intereses tiene Rusia en Venezuela?

A Moscú también le interesa ejercer influencia en América Latina a través de aliados y así cuestionar la supremacía de Estados Unidos. En 2001, Putin recibió por primera vez al entonces jefe de Estado venezolano Hugo Chávez. A raíz de ese encuentro, Rusia se convirtió en el mayor proveedor de armas para Venezuela. Durante la guerra de Rusia con Georgia, Chávez respaldó en 2009 a Putin, al reconocer Venezuela como independientes a las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia (junto con Nicaragua y Nauru). Tras la muerte de Chávez en 2013, Maduro se ha esforzado por mantener las estrechas relaciones con Rusia con éxito.

Cuando el poder de Nicolás Maduro estuvo directamente amenazado en 2019 y el entonces presidente del Parlamento, Juan Guaidó, se presentó como legítimo presidente interino: Trump vio en su primer mandato una oportunidad para deshacerse de Maduro. Pero Rusia no tardó en enviar dos aviones militares con soldados y equipamiento a bordo. "Moscú, en cierto modo, salvó a Maduro”, dijo recientemente Vladimir Rouvinski, politólogo de la Universidad Icesi en Colombia, en una entrevista con DW. "Por primera vez desde la crisis de los misiles en Cuba, Estados Unidos se vio obligado a negociar directamente con Rusia sobre una situación en América Latina”. Sin embargo, en la confrontación actual, Rouvinski no espera un apoyo ruso tan decidido para Maduro. Hasta ahora, todo se ha limitado a apoyo verbal desde Moscú.

¿Qué quiere Estados Unidos en realidad?

A mediados de diciembre, Trump exigió vía Truth Social que Venezuela devolviera todo el "petróleo, tierras y otros bienes que nos han robado previamente”. Esto podría referirse a las expropiaciones impuestas por Chávez a compañías de la industria petrolera venezolana en 2007, por las cuales no todas las empresas estadounidenses fueron indemnizadas. Solo Chevron sigue activa en el país con un acuerdo especial. Además la explotación petrolera en el país vecino Guyana es altamente lucrativa para las empresas estadounidenses. La región al occidente del río Esequibo también es reclamada por Venezuela. Para los intereses petroleros de Estados Unidos, habría por lo tanto dos argumentos a favor de una destitución forzada de Maduro.

Durante su primer mandato, Trump amplió considerablemente las sanciones impuestas por su predecesor Barack Obama quien ya había medido fuerzas con Maduro. Su entonces asesor de seguridad, John Bolton, calificó a Venezuela junto con Cuba y Nicaragua de "triángulo del terror”. Bolton fue despedido por Trump cuando el apoyo a Juan Guaidó se desvaneció sin consecuencias. Trump persigue ahora el objetivo de un cambio de régimen en Venezuela con más determinación que nunca.

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