Por BBC News Mundo |4 de enero de 2023, 18:55 PM

Los blogueros rusos ultranacionalistas, también conocidos como "milbloggers", han estado utilizando la plataforma de mensajería Telegram para expresar su furia. Un mensaje en "Grey Zone", un canal vinculado al Grupo Wagner de Yevgeny Prigozhin, una empresa militar privada, decía: "Como era de esperar, la culpa de lo ocurrido en Makiivka empezó a echarse a los propios soldados. Encendieron sus teléfonos y fueron descubiertos. Por supuesto, el enemigo tiene estas capacidades y a veces las utiliza. Pero en este caso, se trata en un 99 por ciento de una mentira y de un intento de deshacerse de la responsabilidad".

El exespía Igor Girkin, recientemente condenado por asesinato en masa por un tribunal holandés por su implicación en el derribo del avión de pasajeros MH17 en 2014, afirmó que los generales rusos son "en principio inhábiles". En su canal de Telegram, Girkin escribió que el edificio que albergaba a los soldados quedó completamente destruido porque también se utilizaba para almacenar munición.

Las duras críticas de los nacionalistas rusos a la forma en que los militares rusos están malogrando el esfuerzo bélico no son nada nuevo en sí. Los blogueros militares prorrusos han sido muy elocuentes durante meses. Pero la más reciente oleada de indignación dirigida contra el ministerio de Defensa ruso plantea la cuestión de por qué se tolera esta crítica en una Rusia cada vez más autoritaria. Los blogueros favorables a la guerra parecen poder expresar libremente sus opiniones, mientras que los manifestantes contrarios a la guerra se enfrentan a penas draconianas de hasta 15 años de cárcel, por delitos como "desacreditar a las fuerzas armadas rusas" o difundir "información falsa" sobre el ejército ruso y sus actividades.

El régimen de Putin no controla por completo la narrativa

La diferencia radica en la dirección de las críticas, según Abbas Gallyamov, antiguo redactor de discursos del presidente ruso Vladimir Putin y analista político sobre Rusia.

"Los blogueros militares critican desde la llamada perspectiva patriótica, lo que significa que no atacan a Putin. Atacan a los ejecutantes, pero no cuestionan el liderazgo de Putin ni su idea de invadir Ucrania. No se permiten críticas de personas que ponen en duda su liderazgo y la guerra en sí. Se les percibe como enemigos".

No obstante, Igor Girkin, uno de los críticos más destacados del ejército ruso, ha criticado directamente a Putin en repetidas ocasiones. El mes pasado Girkin publicó un vídeo de 90 minutos en Telegram en el que decía que "la cabeza del pez está completamente podrida".

El historiador británico y experto en Rusia Mark Galeotti afirma que el régimen de Putin se está dando cuenta cada vez más de que ya no puede controlar completamente la narrativa.

"Personas como Girkin no solo son importantes en sus propios términos, sino que también son, en cierto modo, los portavoces de facciones bastante importantes dentro del ejército y del aparato de seguridad. Y creo que el temor es que si se les suprime, en primer lugar, se les convierte en mártires. Y, en segundo lugar, pierdes la oportunidad de hacerte una idea de cuáles son sus preocupaciones".

¿Una estratagema política?

Al mismo tiempo, dice Gallyamov, Putin también está descontento con su cúpula militar. "Le prometieron la victoria en tres días, pero en lugar de ello quedó avergonzado ante el mundo entero. A nivel emocional, entiende a los blogueros militares".

La motivación de las críticas tiene también una dimensión política en términos de las luchas de poder que se libran en el seno del liderazgo.

"En parte se debe a la política entre bastidores de la corte de Putin", afirma Galeotti. "No todo el mundo en el ejército apoya al ministro de Defensa Sergei Shoigu y al jefe del Estado Mayor Valery Gerasimov. Hay una sensación generalizada de que ambos hombres, muy posiblemente este año, van a dejar el cargo. Creo que lo que vemos en el mundo de las redes sociales es mucho del tipo de política real que está teniendo lugar en Rusia".

(gg)