Por Rodolfo González |30 de marzo de 2021, 9:00 AM

La semana pasada las autoridades descubrieron una cabeza humana en un barrio puntarenense y, a varios kilómetros de allí, flotando en el estero, un cuerpo decapitado.

Fue cuestión de tiempo para que la autopsia determinara que se trataba de la misma persona: un joven de apenas 20 años.

Este hecho de sangre se suma a una larga lista de homicidios que ya contabilizan 18 en los últimos tres meses, entre los cuales la policía no descarta la participación de menores de edad.

Antes, esta noticia me hubiese sorprendido... alarmado... asustado...pero hoy comprendo que ya no es así. Más bien me atrevo a decir que era de esperar.

¿Por qué de esperar? Pues porque es claro que el Valle Central y  sus autoridades le han dado la espalda a una ciudad que promete mucho pero recibe poco. Y ese descuido estatal es aprovechado por el crimen organizado que está reclutando jóvenes a sus filas.

¿Se ha impulsado el turismo? Sí, pero la actividad turística no es la principal de esa ciudad. Además, muchas otras localidades también compiten por atraer turistas a sus regiones.

En el pasado, esta ciudad costera, muy ligada a la pesca, pidió que no se prohibiera la pesca de camarón, sino que se regulara debidamente, pero esa puerta se les cerró.

También han clamado para que, por medio de una legislación especial, se lleven a Puntarenas almacenes fiscales que atraería empleo. Sin embargo, esa idea no ha recibido mucha atención en San José.

Es un fácil llegar "al puerto", caminar un rato por el Paseo de los Turistas, comerse un Churchill o un ceviche y luego irse, muchas veces dejando un basurero en la playa, pero son quienes viven allí los que se quedan lidiando con una pobreza y desempleo que, según el Estado de la Nación, son muy superiores a la media nacional.

Si el Estado Costarricense no cumple con las expectativas para una comunidad, ese vacío será llenado por el narco y crimen organizado. Me temo que eso es lo que está pasando en Puntarenas y pienso que la solución no solo es policial, sino, especialmente, social y de ayuda económica y de oportunidades.