18 de agosto de 2022, 8:00 AM

Bernal Fonseca - Empresario, comunicador, presentador y productor televisivo.

Emprender es una ciencia, un sistema complejo, un carrusel de emociones, una prueba de resistencia, constancia y perseverancia. Esa es solo una lista de calificativos para describir un concepto que durante los últimos tiempos hemos visto crecer como la espuma, pero no ser tratado con la relevancia que implica.

Hecho a un lado o dejado en “doble check azul”, esta clase de arte es motivo de promesas en campañas políticas o propuestas legislativas, puesto delante de las cámaras, micrófonos o cuál sea el canal de un medio de comunicación como los “pobrecitos” o pobrecitas” y olvidado cuando se trata de ejecutar un trámite burocrático que permita la agilidad de su operación.

Ahora bien, si nos ponemos a intentar modificar este sistema complejo, puede que nos quedemos sin ver como una realidad, la creación y formalización pronta de empresa, la capacitación de las personas que las lideran, así como una sociedad educada en lo que conlleva emprender.

Necesidad 1: darse a conocer

Necesitamos espacios para comunicar y educar en lo que se está haciendo, ganar clientes o nuevos aliados y salir de espacios cerrados como hoteles o aulas universitarias donde se tiene el mismo perfil de audiencia cada vez que se presenta un avance.

Al ver los espacios que se abren para solucionar esta necesidad se manifiesta el desconocimiento existente. Emprender, desde el punto de vista de creación de negocio, trae como consecuencia un impacto significativo en la economía por dos razones principales: amplifica las cadenas productivas y genera nuevas fuentes de empleo. Cualquier cosa que esté lejos de esto, solo tiene un negocio para subsistencia.

Espero ser aún más claro, no todo el que dice tener un emprendimiento, tiene un emprendimiento.

Necesidad 2: recibir formación o acompañamiento durante el proceso

Si nos dirigimos a las mallas curriculares del sistema educativo costarricense, ya se imaginarán lo que encontraremos, la ausencia de formación en emprendimiento. De acuerdo, vayamos a las universidades, algunas se acercan y tienen toda una intención clara por formar al sector, bien, pero otras ponen a personas que en su vida han liderado un modelo de negocio desde el principio y por cumplir con el ingreso económico de ese curso, no es relevante el contenido que imparten.

Así es como han surgido profesionales independientes con el conocimiento óptimo para formar a quienes se aventuran, sea en academias o incubadoras, para guiarlos en el proceso y que cualquier “metida de pata” no sea más grave de lo que puede ser. Sin embargo, algo es verídico, necesitamos contacto con el conocimiento global que nos permita solucionar necesidades que se monetizan y convierten en negocios.

Necesidad 3: capital de inversión

Es fácil, sin dinero disponible, las posibilidades de avanzar en el desarrollo de un modelo de negocio son limitadas. No se trata de un regalo o pegarse la lotería, se trata de recibir un capital, ponerlo a girar en favor del crecimiento del emprendimiento y buscar el retorno de esa inversión.

Los fondos de inversión funcionan como una liga de fútbol, por ejemplo, no es lo mismo jugar en un equipo de fútbol de la segunda división costarricense que en la primera división mexicana, sigue siendo fútbol, pero lo que hay en juego en esa plataforma tiene sus diferencias. Sin embargo, si un jugador o jugadora desea llegar a esa liga, deberá sacar el máximo provecho de la plataforma en la que está.

De.Mentes nació con el propósito de cubrir a través de una plataforma televisiva estas tres necesidades. Después de cuatro temporadas, ha dado exposición a más de 50 emprendimientos, intermediado con horas de formación para los emprendimientos participantes con personas y organizaciones expertas y colocado cerca de $150.000 de capitales públicos y privados.

Las inscripciones para la quinta temporada están abiertas del 16 al 23 de agosto en www.dementes.cr.

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