30 de noviembre de 2020, 10:00 AM

Silvia Castro / Presidenta de ULACIT

Unos dicen que saldría más caro el caldo que los huevos, pero la ocurrencia de los sindicatos de gravar las zonas francas con más impuestos es más bien una receta asegurada para hacer un caldo sin huevo. 

Al decidir invertir, las empresas en zonas francas confiaron en que el Estado costarricense podía ofrecerles seguridad jurídica, respetando el régimen de exoneración que se pactó desde un inicio.  Si ahora gravan a las zonas francas con impuestos, ninguna querría reinvertir en el país, a sabiendas de que los políticos de turno violan las condiciones previamente acordadas.

A cambio de los incentivos que reciben, hoy son responsables del 87% de todo el empleo generado en los últimos cinco años, con un crecimiento del 10.5% anual promedio del empleo país.  En esta crisis, la población desempleada supera el medio millón de personas, y, sin embargo, el empleo en este sector sigue creciendo en un 12.3%.  ¿Cómo pretenden ahuyentar a estos empleadores, cuando uno de cada tres empleos formales los ofrece este sector? 

Estas empresas, que contratan a 99% de ticos, y a un porcentaje de mujeres superior al promedio, ofrecen la mitad de los empleos a personas con escolaridad de secundaria completa o menor.  En áreas fuera de la GAM, contrata a miles de personas, y sigue aumentando las tasas de contratación fuera del Valle Central en un 10% todos los años.  ¡En este año de pandemia, contrataron 15 mil plazas nuevas!  Supongo que a los sindicatos no les preocupa perder sus trabajos perpetuos, pero deben pensar en el resto de los trabajadores del sector privado, que son mayoría.

Como si fuera poco, las zonas francas también contribuyen a la economía costarricense en un 8.4% del PIB. Podría decirse que las zonas francas financian todo el sistema educativo costarricense y queda aún más.  Además, hace aportes a la Caja de $585 millones, lo que equivale a lo que pagan todas las empresas nacionales a la Caja, o el equivalente de lo que cuesta construir dos hospitales nuevos anuales.  ¿Proponen los sindicatos perder la mitad de las contribuciones de la Caja Costarricense del Seguro Social?  Las zonas francas también financian el 15% del presupuesto del INA y además compran sus insumos a más de 11 mil proveedores locales, en el orden de $2.323 millones.  ¿Quién suplirá estos ingresos?

Algunos creen que las empresas en zona franca no se irían a pesar de un cambio en sus condiciones vigentes.  Con medidas similares, en Guatemala se fueron 125 empresas, y Puerto Rico perdió el 40% del empleo en manufactura. Otros países entienden la importancia de las zonas francas para la reactivación económica, por lo que más bien mantienen o aumentaron los beneficios al sector.  Los casos de Panamá, Chile, Colombia, Japón, Uruguay y Honduras son ejemplos de países que entienden que el sector genera valor para el desarrollo nacional.   Ya las zonas francas hacen su parte.  Si queremos salir de esta crisis, alguien más tiene que poner el huevo.