29 de septiembre de 2021, 9:00 AM

Henry Álvarez/ Coach, Orador, Consejero, Conferencista, Orientador familiar y matrimonial

El dolor, la desesperanza, el miedo y la tristeza parecen seguir acompañándonos. Hace más de año y seis meses que el COVID-19 vino y pareciera que para quedarse con nosotros. Cada vez son más los contagiados y muertes como consecuencia de la enfermedad.

Frente a esta realidad que vivimos como país, los sectores que han sido más afectados son el empresarial, comercial, turismo e industrial, dejando a muchas familias sin trabajo, subiendo así el índice de desempleo. 

Y qué decir del sector salud que está por colapsar, el otro sector que está siendo afectado es el sistema de educación; según los estudios, ha bajado significativamente el rendimiento académico de los y las estudiantes, especialmente en aquellas familias que no cuentan con una computadora, lo que les dificulta estar presentes en las clases cuando se hacen en modo virtual.  

Según la UNICEF, casi 86% millones de menores de Latinoamérica aún no van a la escuela, y para nadie es un secreto que la deserción escolar viene en aumento como una de las consecuencias de esta pandemia.

“Una de las formas en que se perpetúa la pobreza es precisamente, el bajo nivel educativo en el hogar. El aumento de la pobreza va de la mano con la perdida de puesto de trabajo a causa de la emergencia sanitaria. La reducción de jornadas, la suspensión de contratos laborales o la desaparición de empresas y empleos, se tradujo en el empobrecimiento de las aulas”, La Nación; Editorial Domingo 19 de setiembre 2021. 

El sistema familiar también se ha venido afectando, cada día son más los casos que se reportan por violencia intrafamiliar dejando heridas emocionales en todos los miembros de la familia.

¿Qué podemos hacer para enfrentar esta realidad?

Permítame compartirle 12 consejos que estoy seguro que le ayudarán a salir adelante:  

  1. Busque una red de apoyo, la primera red de apoyo es la familia. La familia es el primer núcleo para darnos soporte emocional y espiritual. Para eso hay que crear un ambiente seguro y de confianza donde cada miembro pueda hablar de sus sentimientos.
  2. Saber que lo que está viviendo es temporal, no darle una dimensión eterna. Que esa situación tiene fecha de caducidad.
  3. Quitar la visión de túnel sin salida, porque al final del túnel siempre habrá una salida aunque no las esté viendo.
  4. No se quede paralizado, muévase, tome la iniciativa de hacer algo nuevo, esta pandemia ha servido para que muchas personas se reinventen, ha sido un tiempo de descubrimiento de habilidades y talentos que no sabían que tenían.
  5. No permita que el temor lo paralice, alimenta su fe y mate de hambre sus miedos, avance contra todo los que le digan que no podrá lograrlo.
  6. Alimente su mente con palabras positivas, deshágase de todo pensamiento negativo que le diga: “no puedo”. Lea libros de motivación y rodéese de personas positivas que le reten a seguir adelante.
  7. Busque espacios de relajamientos y recreativos, practique algún deporte, haga ejercicios, eso ayuda a levantar la serotonina y la dopamina que son las glándulas que le permiten levantar su estado de ánimo.
  8. Busque ayuda profesional, no postergue, nunca es tarde para empezar de nuevo.
  9. Recuerde que siempre hay esperanza, cada nuevo día viene cuando la noche está más oscura.
  10. Viva cada día intencionalmente, es una elección que debemos hacer y seguir haciendo.  Ser intencional nunca sucede por accidente. Es necesario que se detenga y piense en su vida, considere a dónde quiere ir y planifique lo que se propone hacer.
  11. Recuerde que está aquí en esta tierra con un propósito, su vida tiene sentido, y no depende de lo que pueda estar viviendo en estos momentos. 
  12. No se desconecte, crear vínculos fuertes de carácter social es de mucha ayuda. Aislarse no es bueno, todos necesitamos vincularnos, nos ayuda a crecer y a tener salud mental emocional.  

Quisiera terminar dejándoles estas promesas:

 “Señor tu eres mi fuerza, tu eres mi refugio en momentos de angustia”, Jeremías 16:19.

 “Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes”, 1 Pedro 5:7.

Todos en algún momento nos hemos sentido cargados emocionalmente, sin esperanza, sin fuerzas, desanimados y hasta sin deseo de vivir. Jesús nos invita con estas dulces palabras: “Venid a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar”, Mateo 11:28. 

Si desea contarme puede hacerlo a los teléfonos: 8613-9136 - 4700-8631, por medio de correo: [email protected] o de Facebook: MSc. Henry Álvarez Álvarez.

Adicionalmente le comparto la siguiente invitación:

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