29 de septiembre de 2022, 16:48 PM

Bernal Fonseca - Empresario, comunicador, presentador y productor televisivo.

Sigo aprendiendo semana a semana en el desarrollo de la quinta temporada de De.Mentes.  La semana pasada, el desafío de los emprendimientos que están compitiendo por llegar a la mesa de inversión final, se centró en el impacto que están produciendo hacia lo social, económico y ambiental.

Lo primero que aprendí es que lo que una vez se basó en la filantropía, es decir, buscar el bien de las personas de manera desinteresada, inclusive a costas del interés propio, luego evolucionó a un pensamiento “verde” vinculado exclusivamente con energías renovables, siembra de árboles o proyectos de limpieza de playas, solo por citar ejemplos comunes. Las empresas empezaron a dedicar presupuesto a estas acciones y aún no se daban cuenta del potencial que tenía esto para el cumplimiento y fortalecimiento de sus objetivos de negocio.

La nueva era de la sostenibilidad

Se rige por un impacto pensado en tres vías, que ya venía ocurriendo, pero no se había tipificado como tal para medir el impacto de un modelo de negocio. Cada empresa, sin importar su tamaño o madurez, necesita y debe contar con una visión en tres vías de sus acciones respondiendo a esta pregunta; ¿en qué y cómo estoy impactando lo social, económico y ambiental?

Actualmente, podemos medir la reputación de una marca, por ejemplo, desde esta perspectiva. ¿Quién no se ha detenido a pensar en la producción de carne, los sembradíos de arroz o la distribución de diferentes productos en envases plásticos? Comprender la sostenibilidad, como empresa y como individuos que conforman empresa, es una visión integral del mundo en el que estamos viviendo y cultivo del bienestar común.

Ahora bien, ¿debo identificarme con solo una de las áreas de la sostenibilidad? No necesariamente, pero si es importante comprender con cuál de ellas soy más afín. El tema es que aplicar la sostenibilidad funciona como un “banquito” de tres patas, si le quitamos una de ellas, el “banquito” se va a sostener, pero no estará operando en su máximo esplendor.

Impacto social

La generación de empleo, el acceso a vivienda o la mejora del nivel académico del sistema educativo serían resultados de acciones provocadas desde una empresa en esta vía. Un ámbito que reúne estas tres es la economía del conocimiento, sobre la cual se basan los sistemas de inversión u ofertas laborales, por ejemplo. Por lo tanto, promover el impacto social desde la visión integral de la sostenibilidad es un factor competitivo como nación frente al mundo.

Impacto económico

Si socialmente las personas tienen más y mejores oportunidades laborales, es un hecho que el factor económico se verá modificado. Trabajar en una estrategia de sostenibilidad concentrada en el impacto económico podría optimizar las condiciones de salarios base, costo de la canasta básica e inclusive, las cargas tributarias de empresas y personas. ¿Será que podemos pensar en un sistema político y social aplicando sostenibilidad?

Impacto ambiental

De nuevo, no se confundan, el impacto ambiental no es exclusivo de lo “verde”, es una combinación de recursos y materias utilizadas para la operación de una actividad empresarial. Idealmente, deberíamos trabajar en función de que lo que utilizamos para operar, pueda ser utilizado de la misma manera, o potenciarlo, para las futuras generaciones. 

Sigamos aprendiendo del emprendimiento en Costa Rica a través de la experiencia de los seis proyectos participantes de De.Mentes, o como ahora me gusta escribirlo más, “DMNTS”. Todos los jueves a las 8:30 p. m., en vivo, a través del canal TD+2 y el streaming de la app TDMAX. Incluso, si quieren repasar los episodios anteriores también lo pueden hacer desde la app TDMAX.

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