Por Rodolfo González |20 de julio de 2021, 9:00 AM

No tengo nada contra las tortugas, de hecho me gustan mucho... me dan la impresión de sabiduría. Sin embargo, dejémonos de cosas, la velocidad, especialmente en tierra, no es su virtud.

Hablemos de la tortuga y de los procesos penales.

Si una persona es detenida hoy por orden del Ministerio Público  como sospechosa de haber cometido un delito posiblemente pase lo siguiente:

1. La policía lo lleva a la fiscalía, la cual lo indagará, es  decir, le comunicará el hecho por el que fue detenido y le darán la posibilidad de declarar.

2. El siguiente paso será presentarlo ante un juez o jueza para que este valore si se debe aplicar alguna medida como prisión preventiva o arresto domiciliar,  o también puede ser quedar libre pero con impedimento de salida del país... aquí ponga claramente un muuuuuy  laaaaaaargo etcétera. En este punto, el juzgador escuchará al fiscal y al defensor debatir al respecto.

3. Una vez que tome la medida, sea cual sea, posiblemente llegue a un tribunal de apelación, donde se retomará la discusión.

4. Luego de que este decida que hacer con la persona sospechosa, vendrá un proceso que demorará varios meses en los que la fiscalía buscará más prueba contra el investigado y la defensa hará lo propio para ayudar al sospechoso.

5. Posiblemente luego de un año, un poco más un poco menos, habrá una audiencia preliminar para saber si se puede ir a juicio por ese caso. 

6. Si el caso va a juicio hay que esperar fecha, es decir que el tribunal penal a cargo tenga espacio en su agenda para realizar el debate. Eso puede durar otro año más.

7. Si se realiza el juicio se llegará al dictado de una sentencia que, normalmente, alegra a una de las partes pero molesta a la otra.

8. Si va a apelación pueden ocurrir muchas cosas, pero digamos que en este caso hipotético se confirma lo resuelto por el tribunal del juicio.

9. Si esto ocurre, la parte perdedora podría llevar, en algunos casos, el asunto a Sala Tercera para que sea valorado nuevamente.

10. Allí podría tomarse la decisión de volver a realizar el juicio, confirmar la sentencia, confirmar la culpabilidad pero variar la pena, etcétera, etcétera, etcétera. (A estas alturas les pido que no sean muy duros conmigo, pue aclaro que simplifiqué el proceso para llegar rápido al punto que quiero destacar)

En todo este camino se podría demorar mucho tiempo. Inclusive, hay ejemplos que duran más de diez años.

Esto explica porque mucha gente está convencida que las cosas no caminan. Yo creo que sí se mueven, pero muy despacio.

El Poder Judicial debe de tomarse muy en serio este problema. Es este Poder el que más puede conocer las causas. Creo que este es también el actor que más rápido debe levantar la mano y sugerir reformas para agilizarlo o tomar las cartas para hacerlo.

¿Contratando más jueces y conformando más tribunales?...¿Habilitando más salas?... ¿Pidiendo a los diputados reformas para eliminar la audiencia preliminar?...¿Impulsando ante la Asamblea mayores sanciones para los abogados que recurren a estrategias dilatorias?... No lo sé, las medidas a tomar deben guardar relación con las causas.

En lo que sí estoy seguro es que mientras no se haga algo, el problema posiblemente seguirá muy vigente, pues dudo que se resuelva solo.