13 de julio de 2021, 9:00 AM

Bernal Fonseca / Empresario, comunicador y productor de televisión 

Bienvenidos a “Emergente”, una columna en “De la A a la Z” de Teletica.com. En este espacio creamos criterio en conjunto acerca de los hechos que impactan la generación de negocios, los procesos de formación educativa y la competitividad del talento humano dentro del sistema costarricense. Tener criterio en estas áreas de la vida personal y profesional solo tiene un propósito, mejorar nuestra calidad de vida.

La entrada. El pasado mes de abril, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en su ya habitual Encuesta Continua de Empleo (ECE), reflejó que el 18,7%, es decir, 458.000 personas se encuentran desempleadas en Costa Rica. Esto es un “indicativo de recuperación”, versus el catastrófico reporte de mitad del 2020, en el que con un 24,01% en la tasa de desempleo abierto, el país llegó donde nunca había estado.

A finales del 2020, la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE) dio un golpe sobre la mesa. En su reporte de labores, señaló que, durante los últimos cinco años, nueve de cada diez empleos generados en el país, se originan en las empresas multinacionales atraídas como parte de su labor por incrementar la inversión extranjera directa (IED).

Y para cerrar con la entradita, según The Talent Place, un portal web en el que CINDE refleja las necesidades de talento de estas empresas multinacionales, las carreras universitarias han dejado de ser la única ruta de formación profesional, y ahora, son más las empresas que buscan personas con grados técnicos. Los conocimientos más apetecidos se concentran en ingeniería, tecnología, ciencias de la salud y servicios.

Una persona sabia dijo en algún momento de la historia, “mi pueblo perece por falta de conocimiento”, y no se equivocaba, porque al vivir dentro de un sistema en el que levantar la voz se convierte en objeto de juicio, rechazo, persecución y señalamiento, es preferible seguir el ritmo de la mayoría antes que “tomar el toro por los cuernos”, para hacerle frente al desconocimiento y quienes lo sostienen por sus intereses.

Creadores del desconocimiento. ¿Qué quiere ser cuando sea grande? Tener una posible respuesta antes de los 6 años es realmente un método de presión que no dimensionamos hasta que la imposición o inseguridad por no estar haciendo en el presente lo que una vez se dijo trae sus consecuencias. Todas las personas crecemos con alguien a nuestro alrededor, y son esos “alguien”, los primeros formadores de nuestras decisiones.

El sistema educativo público, abierto, gratuito y obligatorio es uno de los principales logros de los cuales como nación podemos sentirnos orgullosos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Costa Rica se ubica junto con Bolivia, Chile, Ecuador y Argentina como parte de las naciones con los índices más altos de alfabetización de la región latinoamericana (99%); pero, pero, pero, nos acomodamos.

Dejamos de promover la exploración por responder a un sistema de calificaciones, condenando al fracaso sin darle un valor de aprendizaje, nos alejamos de la innovación y creatividad por ajustarnos a docentes muy cómodos en una repetición continua de programas académicos, naturalizamos el consumo de contenido desactualizado y señalamos con indiferencia al que analiza con criterio, finalmente, permitimos que pasara mucho tiempo para tomar acciones medibles con resultados en la enseñanza de idiomas.

Por último, la universidad. Si contestar la “pregunta tétrica” en la niñez era presión, ahora tomar la decisión a los 17 o 18 años, en promedio, se vuelve una bomba de tiempo, alimentada por la expectativa de pertenecer a un grupo selecto de personas que concursan por ser parte del “mejor conocimiento” o ser bombardeados con una gestión comercial insaciable para ser parte de la mayoría. La maquila de títulos.

Costa Rica dejó de ser una nación basada en la agricultura tradicional, el turismo, las exportaciones de café y banano o la industria textil. Evolucionamos hacia nuevos modelos económicos, para ser un país diferenciado por su apetecido talento, pero escaso a la vez y donde quienes deberían fomentar el conocimiento, se refugian en responder a sus intereses y métodos tradicionales por encima de los del colectivo.

No duden en escribirme si desean compartir su opinión a [email protected].

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