8 de marzo de 2022, 20:19 PM

Bernal Fonseca - Empresario, comunicador, presentador y productor televisivo.

No se felicita, se lucha. Esa es la frase con la que llegamos a un nuevo 8 de marzo, día en el que conmemoramos las luchas ejercidas por las mujeres en diferentes ámbitos de la realidad. Pero no se trata solamente de un recuento de lo que han tenido que resistir, se trata de una fecha que exhorta a cualquier persona con el deseo de una mejor sociedad, a redefinir su rol como parte esta lucha.

Aquí estamos para luchar por cada uno de esos momentos en los que han tenido que callar la violencia por temor a represalias o no contar con instrumentos judiciales actualizados para ejercer la penalización debida, aquí estamos para que las oportunidades de desarrollo profesional se consideren en la misma forma y bajo las mismas condiciones de compensación, aquí estamos para mover en conjunto lo que sea necesario hacia una participación activa en posiciones de liderazgo político, social y económico.

El hablar en conjunto, me hace recordar los grandes momentos y evoluciones en la historia del país, gracias a esfuerzos comunes, aquellos en el que cada persona se comprometía a aportar lo necesario buscando el bien colectivo antes que el propio y de los cuales hoy nos jactamos.

El principal mal que adolece nuestra sociedad y del cual no podemos dar un golpe firme sobre la mesa, si nos referimos a los progresos alcanzados, es la condición integral de la mujer.

Durante la más reciente campaña electoral, fuimos testigos del rol que cumplió el tema mujer dentro de los discursos y ponencias de quienes buscaban un cargo de representación, inclusive de la manifestación social en contra de un cuestionado caso de comportamiento inadecuado de tipo sexual y, por otro lado, si nos referimos solamente a los dos candidatos que hoy buscan la presidencia en la segunda ronda de abril, una victimización de la mujer como parte del discurso de campaña para generar interés que se convierta en votos.

En el campo laboral seguimos viendo cómo las mujeres lideran las estadísticas en los índices de desempleo, informalidad y condiciones de compensación desiguales. Y si nos devolvemos un poco a su formación, cómo las carreras con mayor apertura competitiva presentan una minoría importante de participación femenina.

¿Nos habremos dado cuenta, ya que estas y otras luchas por la igualdad empiezan desde el hogar? Sí, aunque parezca repetitivo, no importa, porque cuando debe decirse lo necesario para que exista la evolución del pensamiento y por ende del comportamiento social, es válido. En casa todas las personas tienen igualdad de responsabilidades sin importar su género. Hacerlo de una forma tradicional solo enerva las desigualdades y la proliferación en las nuevas generaciones, del sistema patriarcal en el que vivimos.

Cierro con esto. Ese patriarcado no solo impacta la condición de las mujeres, sino también de los hombres, pues un elemento que le sostiene, se basa en los tipos de masculinidades existentes, las cuales en medio de un círculo social, solo para citar un ejemplo, podemos definir como tóxicas y gestionadas desde el poder o imposición de una identidad debilitada y que responde a patrones de lo que significa la masculinidad en esta era.

¿Qué está haciendo usted por esta lucha diaria? ¿De qué manera aporta a la concientización de los roles ejercidos?, y ¿cómo se informa ante la necesidad de que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde desde el inicio de la humanidad?

Sigamos en pie de lucha, que los mejores tiempos son los que están por delante.

Les invito a crear criterio en conjunto compartiendo conmigo sus puntos de vista al correo [email protected] o a través de mi perfil en LinkedIn.


Especial Mujer