Internacional

Un tribunal prohíbe al parque SeaWorld que sus entrenadores se bañen con las orcas

El Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia prohibió hoy a la empresa de entretenimiento SeaWorld...

11 de abril de 2014, 10:34 AM

El Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia prohibió hoy a la empresa de entretenimiento SeaWorld que sus entrenadores de orcas, conocidas como "ballenas asesinas", se bañen junto a los animales en sus parques acuáticos.

La corte rechazó la apelación presentada por la compañía, que tiene once parques en Estados Unidos, contra las normas de seguridad emitidas por la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional del Departamento de Trabajo de Estados Unidos que impedían a los trabajadores acercarse a estos animales potencialmente peligrosos.

Con dos votos a favor y uno en contra, el tribunal de apelaciones mantuvo las exigencias del Departamento de Trabajo y sentenció que las medidas de seguridad de la empresa eran inadecuadas y que no protegían lo suficiente a sus trabajadores.

Ahora la empresa tiene la opción de presentar un recurso para llevar el caso ante el Tribunal Supremo.

La Administración de Salud y Seguridad Ocupacional exigió en sus nuevos requisitos de seguridad que se instalaran barreras físicas entre los entrenadores y las orcas.

Estas normas fueron establecidas en 2010, unas semanas después de la muerte de una de las entrenadoras de SeaWorld a cargo de la orca llamada "Tilikum", que ya había matado antes a otras dos personas, durante un espectáculo en el parque de Orlando (Florida).

El cetáceo, que pesa seis toneladas y lleva 40 años en cautividad, llegó al SeaWorld de Orlando en 1991 precedido por su fama de haber matado a un entrenador en Canadá y, en 1999, se le vinculó al fallecimiento de un turista que se había colado en el recinto y apareció sin vida en el tanque de Tikikum.

La ballena regresó al espectáculo en 2011 y desde entonces no ha vuelto a ocurrir ningún percance similar.

Tilikum se convirtió en la protagonista del documental "Blackfish", estrenado el verano pasado, y que reabrió en Estados Unidos la polémica sobre el cautiverio de los animales al servicio del espectáculo.