Por Telenoticias Redacción |23 de septiembre de 2015, 5:38 AM

Entre los infaltables casos de extrañas manifestaciones del cuerpo humano, el de unos niños en República Dominicana que carecen de pene y testículos hasta los 12 años ha llamado poderosamente la atención.

Ellos fueron ubicados por BBC en la provincia de Barahona mientras filmaban una serie, y se propusieron hallar la explicación científica para la condición de los llamados “güevedoces”.

El término hace una clara alusión a que hasta 12 años parecen niñas y por eso son criados y educados como si lo fueran.

Johnny es uno de los casos explorados por BBC. Recuerda que iba a la escuela, cuando era conocido como Felicia, utilizando un vestido rojo, pero nunca le gustó hacer “cosas de niñas”.

Cuando su pene creció y sus testículos bajaron, las burlas lo rodearon cuando asistía a clases, y él debió responder empleando los golpes.

Carla, a sus siete años, se aproxima al momento de convertirse en Carlos. Pero en su caso su madre percibió los cambios desde temprano.

“Sus músculos y su pecho empezaron a crecer. Podías ver que iba a ser un niño. Yo la quiero sea quien sea. Niña o niño, me da igual", dijo.

El origen de los “güevedoces”

Julianne Imperato-McGinley, de la Universidad de Medicina de Cornell, en Nueva York, fue de las primeras en interesarse por el estudio de este grupo de niños, en 1970.

La explicación nace en la genética. En las primeras semanas de gestación, el embrión no es ni hombre ni mujer. Pero cerca de las ocho semanas las hormonas del sexo llegan para hacer lo suyo.

Si genéticamente se es hombre, el cromosoma Y hace que las gónadas se conviertan en testículos y envía testosterona al tubérculo, donde se convierte en una hormona más potente: la dihydrotestosterona.

“Esto, por su parte, transforma el tubérculo en un pene. Si eres mujer y no produces dihydrotestosterona, tu tubérculo se convierte en un clítoris”, explica el artículo.

En su investigación, Imperato-McGinley descubrió que los “güevedoces” tienen deficiencia de la enzima 5-alfa reductasa, que convierte la testosterona en dihydrotestosterona. De ahí la ausencia de genitales masculinos.

Estos niños de República Dominicana reciben una nueva dosis de testosterona en la pubertad, y esta vez la respuesta del cuerpo se traduce en músculos, testículos y pene.

Pese al cambio, algunos de ellos se operan para seguir siendo mujeres. Imperato-McGinley encontró además que los niños, a pesar de ser criados como mujeres, la mayoría tienen preferencias heterosexuales.