Canciones tristes ayudan a controlar emociones, aseguran expertos
La exposición a estas melodías desencadena la liberación de prolactina y oxitocina en el cerebro, hormonas asociadas con la sensación de bienestar y el alivio del dolor emocional.
Expertos en el campo de la psicología y la música afirman que las canciones tristes desempeñan un papel crucial en el manejo de las emociones de las personas.
Según investigaciones recientes, disfrutar de la música melancólica no solo proporciona consuelo, sino que también brinda una sensación de conexión emocional con los demás.
El antropólogo Eduardo Leste, especializado en música y emociones, explica que "disfrutar de la tragedia ajena te permite saber que los demás también la experimentan, lo cual evita un sentimiento de soledad". Al sumergirse en canciones que expresan tristeza y dolor, las personas encuentran una vía para comprender y compartir las emociones humanas comunes.
Se ha descubierto que buscar consuelo en la música triste tiene efectos beneficiosos a nivel hormonal. Estudios científicos han revelado que la exposición a estas melodías desencadena la liberación de prolactina y oxitocina en el cerebro, hormonas asociadas con la sensación de bienestar y el alivio del dolor emocional. Estos compuestos químicos contribuyen a calmar y superar las situaciones difíciles a las que se enfrenta una persona.
Además, la música triste puede tener un impacto físico notable en el cuerpo. Al escuchar ciertas canciones que evocan sentimientos de tristeza, se ha observado que la piel se eriza, generando una respuesta similar a la que se experimenta cuando se siente miedo o se vive una experiencia intensa. Este fenómeno se ha atribuido a la activación de las vías emocionales en el cerebro, que responden de manera intensa y profunda a la música.
No obstante, es importante tener en cuenta que el efecto de la música triste en cada individuo puede variar. Mientras que algunas personas encuentran consuelo y catarsis a través de estas melodías, otras pueden experimentar una sensación de tristeza exacerbada. La apreciación y la respuesta emocional a la música son altamente subjetivas y dependen de los antecedentes, experiencias y preferencias personales de cada individuo.