Por Dagoberto Alfaro |4 de mayo de 2022, 6:21 AM

Juan Miguel Ortega Quesada, de 35 años y vecino de El Guarco de Cartago, estudia un doctorado en antropología médica en Shanghái, China.

Está en ese país desde el 2019 gracias a una beca, pero dice que ya es hora de regresar a Costa Rica de manera urgente.

Vive en un pequeño cuarto del campus universitario. No todos los días ve el sol debido al confinamiento por el COVID-19.

“Esto es como una cárcel, nosotros decíamos en broma que tenía más derecho las personas en la cárcel porque tenían derecho a ver el sol un ratito por día, nosotros no teníamos ni siquiera eso.

“Ahora nos dejan salir del edificio un día por medio, en un espacio confinado, pero sigue siendo una jaula”, comentó Ortega.

Además, Juan Miguel está tratándose un cáncer testicular y el confinamiento que hay en Shanghái le perjudica.

“En el 2020, apenas iniciaba la pandemia, yo fui diagnosticado con cáncer, que me traté acá en China con dos operaciones y el proceso de quimioterapia, después de eso yo necesito hacerme revisiones cada tres meses y la última revisión fueron hace seis meses, estando en confinamiento no hay esperanza de que me ayuden a saber cómo está mi situación con el cáncer”, relató el joven.

Según cuenta, la situación que vive ha provocado que en algunas noches aparezcan lágrimas.

“Mi salud mental está bastante afectada y me preocupa. Es una experiencia intensa de esa incapacidad de describir esto, es surreal, parece una pesadilla de la que uno no se despierta. Hace falta sentirse querido de alguna manera, uno acá no se siente querido, se siente abandonado”, agregó.

El dinero que recibe por la beca apenas le alcanza para comer y no puede pagarse el viaje de regreso a Costa Rica. El embajador de nuestro país en Shanghái le está ayudando.

Juan Miguel asegura que salir de China no le afectara sus estudios, ya que la tesis que le falta la puede terminar desde Costa Rica.

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