Por Luanna Orjuela Murcia |28 de agosto de 2020, 11:00 AM

Ian Rodríguez es un niño de seis años, pero a su corta edad es un guerrero. En agosto de 2017 fue diagnosticado con leucemia y, desde entonces, se ha mantenido fuerte y positivo hasta en los momentos más complicados.

El pequeño es sobreviviente de COVID-19, a pesar de su alto riesgo por el tratamiento de quimioterapia: ese es uno de los ejemplos más claros de su fortaleza.

La noticia del contagio de su hijo tomó por sorpresa a Ana Monge y a su esposo. Ellos habían sido cautelosos en las medidas de higiene para evitar, precisamente, esta situación.

“Nosotros no nos dimos cuenta que Ian tenía COVID-19 porque somos sumamente estrictos con el aseo, no salimos de la casa, solamente a citas médicas y mi esposo a trabajar. Las compras las hacemos exprés y por Internet y todo lo desinfectamos, entonces estábamos súper confiados”, contó la madre.

El miércoles 19 de agosto, Ian presentó un dolor de cabeza en horas de la mañana. Durante la tarde siguió igual, por lo que sus padres decidieron llevarlo al Hospital Nacional de Niños (HNN). También le dio fiebre, pero ellos pensaron que los síntomas estaban relacionados con la leucemia, porque no había signos del nuevo coronavirus en ningún miembro del hogar.

En el centro médico, por protocolo, le hicieron la prueba de COVID-19: salió positivo. De inmediato, Ana y su esposo fueron puestos en cuarentena por nexo epidemiológico.

Ian estuvo internado del miércoles 19 hasta el martes 25 de agosto. Recibió medicamentos por varios días y le hicieron una transfusión de sangre; sin embargo, no tuvo complicaciones respiratorias.

La comunicación del pequeño con su familia fue constante, gracias al celular de Ian pudieron hablar las 24 horas.

“En la mañana lo llamábamos y en las noches también nos comunicábamos y le leíamos historias, la Biblia, y hacíamos la oración y se dormía tranquilito”, contó su mamá.

Doña Ana quiso aprovechar la oportunidad para agradecerle al HNN. “Estamos sumamente agradecidos, porque en todo este tiempo ellos siempre nos ayudaron y estaban a nuestra disposición. Las enfermeras súper amables, lo mimaban, por eso Ian está súper agradecido, hasta nos cuenta historias lindas de ellos”.

El niño en todo momento se mantuvo muy positivo, desde pequeño le enseñaron que los doctores ayudan y de esta forma la experiencia no es traumática para él, dijo su madre.

“Nosotros estábamos muy preocupados, porque Ian es de alto riesgo por la quimioterapia, que le baja las defensas y también porque estoy embarazada de casi 31 semanas. Pero gracias a Dios todo salió súper bien, esa es la diferencia, ir con tiempo al médico y no dejar pasar tiempo. Nosotros apenas él sintió el dolor de cabeza corrimos al hospital y eso nos ha ayudado emocionalmente a estar tranquilos porque fue un diagnóstico a tiempo”, finalizó la vecina de San Rafael de Alajuela.