Por Gloriana Casasola Calderón |24 de diciembre de 2020, 5:54 AM

Con la llegada de la pandemia por COVID-19, la ciencia dio pasos agigantados.

El proceso para desarrollar una vacuna suele tardar de 10 a 15 años, pero en este 2020 varios laboratorios en todo el mundo trabajaron contra reloj para luchar contra el virus.

Sin embargo, la rapidez con la que se desarrollaron estas vacunas no le resta su seguridad.

Existen muchos mitos y teorías alrededor de este fármaco, pero la ciencia demuestra todo lo contrario.

Como ocurre con la mayoría de las vacunas, se podrían presentar efectos secundarios, pero hasta el momento han sido muy leves.

Tener la vacuna en nuestro país es un gran paso, pero esto no significa que se deben descuidar las otras medidas sanitarias.

Una vez que se aplique la segunda dosis de la vacuna, se debe aguardar un par de semanas para que haga su efecto.  Además, aún se desconoce si las personas vacunadas son capaces de transmitir el SARS-CoV2.

Uno de los procesos más complejos es el traslado de las vacunas, pues se debe cuidar su cadena de frío para que no pierdan la eficacia.