Por Stefanía Colombari |17 de marzo de 2020, 15:43 PM

Lo dijo el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias de Costa Rica, Alexander Solís: serán los mismos ciudadanos los que causarán el desabasto de productos en los supermercados.

Durante los últimos días y especialmente este lunes, tras la declaratoria de Emergencia Nacional por el Covid-19,  la gente saturó los supermercados del país. Imágenes muestran decenas de personas haciendo fila, incluso fuera de los locales, para ingresar a hacer las compras.

Estantes que solían tener productos de higiene y limpieza han quedado vacíos. Los clientes han comenzado a repetir el patrón en la adquisición de bienes no perecederos como el arroz y los frijoles. Casi de manera compulsiva, los costarricenses no se han detenido a la hora de comprar, temerosos de lo que pueda suceder en los próximos días.

Esto provocó un llamado de atención por parte del Gobierno. Solís afirmó que las compras excesivas como las que se han dado en los últimos días, son injustificadas y recalcó que tanto el sector productivo y comercial, así como el mismo Gobierno, trabajan fuerte para garantizar que no se dé un desabasto. 

Si los ciudadanos continúan las prácticas vistas el pasado lunes, "en efecto no van a haber productos suficientes para todos", advirtió.

Una de las primeras acciones para controlar la situación la tomó la empresa privada. La cadena de supermercados Walmart ya está limitando la cantidad de productos que puede adquirir cada cliente, así como la cantidad de personas que pueden estar dentro de sus instalaciones. Cabe destacar que esta es una medida que la cadena estadounidense ha aplicado en diferentes países.

Solís comunicó, que el ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, emitió este martes la orden de que no se sancionen los vehículos pesados que circulan fuera de las horas establecidas en el “Reglamento de Ordenación de Horario de la Circulación de Vehículos Pesados” y cuyo objetivo sea precisamente abastecer a los supermercados.

En palabras sencillas, se levantó la restricción para los vehículos de carga.

El presidente de la CNE fue enfático al decir que el Gobierno no está considerando un aislamiento total de la población; por esa razón, "no deben sentir temor de que se les vaya a encerrar en las casas".

Consecuencias además del desabastecimiento

Para el economista Leiner Vargas, lo sucedido este lunes se cataloga como un “overshooting” de consumo, en español también se conoce como “efecto sobrereacción”.

Vargas explicó este martes, durante el programa 7 Días Radio, que  las personas invierten los recursos que necesitaban invertir en otros bienes o servicios en estas compras extraordinarias. En este caso, hablamos de papel higiénico, toallas, alcohol, productos de limpieza y otros, hoy faltantes en la mayoría de las góndolas.

“Lo que va a faltar es dinero a fin de mes”, comentó el economista. Esto significa que no se va a tener la capacidad económica para adquirir lo que normalmente se compra, incluyendo actividades de ocio o imprevistos que se puedan generar.

Fenómeno se repite en todo el mundo

Vaciar los supermercados, como si se tratara de un escenario apocalíptico, es un fenómeno que se repite en todo el mundo.

Sainsbury's  es la segunda cadena de supermercados más grande del Reino Unido. Recientemente, la BBC publicó que la cadena ha enviado correos electrónicos a sus clientes con mensajes como: “hay vacíos en nuestros estantes por el incremento en la demanda… Por favor, piense antes de comprar y solo compre lo que usted y su familia necesitan”.

La cadena estadounidense de noticias FOX también publicó en la misma línea: “Los compradores que se abastecen por el coronavirus encuentran estantes vacíos en todo EE.UU.” y “Carritos repletos de comida para vencer el miedo”, publicó el diario El País de España.

En América Latina sucede lo mismo: los vecinos panameños compran sin freno, así lo describió el diario La Prensa, al informar que los comercios están abarrotados y que el alcohol, la vitamina C y los antibacteriales se agotan.

En Nicaragua, por medio del diario La Prensa, y en Guatemala, a través de La Prensa Libre, también se cubre el fenómeno que amenaza con dejar sin los bienes más esenciales a las poblaciones, en medio de una de las crisis de salud pública más fuertes de los últimos tiempos.